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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

pureza y santidad <strong>de</strong> Cristo atrajeron sobre él el odio <strong>de</strong> <strong>los</strong> impíos. Su vida <strong>de</strong> abnegación y <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción<br />

sin pecado era una continua reprensión para aquel pueblo orgul<strong>los</strong>o y sensual. Eso fue lo que <strong>de</strong>spertó<br />

enemistad contra el Hijo <strong>de</strong> Dios. Satanás y sus ángeles malvados se unieron con <strong>los</strong> hombres impíos.<br />

Todos <strong>los</strong> po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la apostasía conspiraron contra el Defensor <strong>de</strong> la verdad. La misma enemistad que<br />

se manifestó contra el Maestro, se manifiesta contra <strong>los</strong> discípu<strong>los</strong> <strong>de</strong> Cristo. Cualquiera que se dé<br />

cuenta <strong>de</strong>l carácter repulsivo <strong>de</strong>l pecado y que con el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> lo alto resista a la tentación, <strong>de</strong>spertará<br />

seguramente la ira <strong>de</strong> Satanás y <strong>de</strong> sus súbditos.<br />

<strong>El</strong> odio a <strong>los</strong> principios puros <strong>de</strong> la verdad, las acusaciones y persecuciones contra sus <strong>de</strong>fensores,<br />

existirán mientras existan el pecado y <strong>los</strong> pecadores. Los discípu<strong>los</strong> <strong>de</strong> Cristo y <strong>los</strong> siervos <strong>de</strong> Satanás<br />

no pue<strong>de</strong>n congeniar. <strong>El</strong> oprobio <strong>de</strong> la cruz no ha <strong>de</strong>saparecido. "Todos <strong>los</strong> que quieren vivir<br />

piadosamente en Cristo Jesús, pa<strong>de</strong>cerán persecución." (2 Timoteo 3: 12.) Los agentes <strong>de</strong> Satanás obran<br />

continuamente bajo su dirección para establecer su autoridad y para fortalecer su reino en oposición al<br />

gobierno <strong>de</strong> Dios. Con tal fin tratan <strong>de</strong> seducir a <strong>los</strong> discípu<strong>los</strong> <strong>de</strong> Cristo y retraer<strong>los</strong> <strong>de</strong> la obediencia.<br />

Como su jefe, tuercen y pervierten las Escrituras para conseguir su objeto. Así como Satanás trató <strong>de</strong><br />

acusar a Dios, sus agentes tratan <strong>de</strong> vituperar al pueblo <strong>de</strong> Dios. <strong>El</strong> espíritu que mató a Cristo mueve a<br />

<strong>los</strong> ma<strong>los</strong> a <strong>de</strong>struir a sus discípu<strong>los</strong>. Pero ya lo había predicho la primera profecía: "Enemistad pondré<br />

entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya." Y así acontecerá hasta el fin <strong>de</strong> <strong>los</strong> tiempos.<br />

Satanás reúne todas sus fuerzas y lanza todo su po<strong>de</strong>r al combate. ¿Cómo es que no encuentra<br />

mayor resistencia? ¿Por qué están tan adormecidos <strong>los</strong> soldados <strong>de</strong> Cristo? ¿<strong>por</strong> qué revelan tanta<br />

indiferencia? Sencillamente <strong>por</strong>que tienen poca comunión verda<strong>de</strong>ra con Cristo, <strong>por</strong>que están <strong>de</strong>stituidos<br />

<strong>de</strong> su Espíritu. No sienten <strong>por</strong> el pecado la repulsión y el odio que sentía su Maestro. No lo rechazan<br />

como lo rechazó Cristo con <strong>de</strong>cisión y energía. No se dan cuenta <strong>de</strong>l inmenso mal y <strong>de</strong> la malignidad<br />

<strong>de</strong>l pecado, y están ciegos en lo que respecta al carácter y al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l príncipe <strong>de</strong> las tinieblas. Es poca<br />

la enemistad que se siente contra Satanás y sus obras, <strong>por</strong>que hay mucha ignorancia acerca <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r<br />

y <strong>de</strong> su malicia, y no se echa <strong>de</strong> ver el inmenso alcance <strong>de</strong> su lucha contra Cristo y su iglesia. Multitu<strong>de</strong>s<br />

están en el error a este respecto. No saben que su enemigo es un po<strong>de</strong>roso general que dirige las<br />

inteligencias <strong>de</strong> <strong>los</strong> ángeles ma<strong>los</strong> y que, merced a planes bien combinados y a una sabia estrategia,<br />

guerrea contra Cristo para impedir la salvación <strong>de</strong> las almas. Entre <strong>los</strong> que profesan el cristianismo y<br />

hasta entre <strong>los</strong> ministros <strong>de</strong>l Evangelio, apenas si se oye hablar <strong>de</strong> Satanás, a no ser tal vez <strong>de</strong> un modo<br />

inci<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto <strong>de</strong>l púlpito. Nadie se fija en las manifestaciones <strong>de</strong> su actividad y éxito continuos.<br />

No se tienen en cuenta <strong>los</strong> muchos avisos que nos ponen en guardia contra su astucia; hasta parece<br />

ignorarse su existencia.<br />

Mientras <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong>sconocen <strong>los</strong> artificios <strong>de</strong> tan vigilante enemigo, éste les sigue a cada<br />

momento las pisadas. Se introduce en todos <strong>los</strong> hogares, en todas las calles <strong>de</strong> nuestras ciuda<strong>de</strong>s, en las<br />

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