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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

<strong>de</strong> acuerdo con las leyes <strong>de</strong> su gobierno y la justicia <strong>de</strong> su carácter. Extien<strong>de</strong> hasta el<strong>los</strong> las<br />

manifestaciones <strong>de</strong> su amor, les conce<strong>de</strong> el conocimiento <strong>de</strong> su ley y <strong>los</strong> persigue con las ofertas <strong>de</strong> su<br />

misericordia; pero el<strong>los</strong> <strong>de</strong>sprecian su amor, invalidan su ley y rechazan su misericordia. Por más que<br />

reciben continuamente sus dones, <strong>de</strong>shonran al Dador; aborrecen a Dios <strong>por</strong>que saben que aborrece sus<br />

pecados. <strong>El</strong> Señor so<strong>por</strong>ta mucho tiempo sus perversida<strong>de</strong>s; pero la hora <strong>de</strong>cisiva llegará al fin y entonces<br />

su suerte quedará resuelta. ¿Enca<strong>de</strong>nará él entonces estos rebel<strong>de</strong>s a su lado? ¿Los obligará a hacer su<br />

voluntad?<br />

Los que han escogido a Satanás <strong>por</strong> jefe, y que se han puesto bajo su po<strong>de</strong>r, no están preparados<br />

para entrar en la presencia <strong>de</strong> Dios. <strong>El</strong> orgullo, el engaño, la impureza, la crueldad se han arraigado en<br />

sus caracteres. ¿Pue<strong>de</strong>n entonces entrar en el cielo para morar eternamente con aquel<strong>los</strong> a quienes<br />

<strong>de</strong>spreciaron y odiaron en la tierra? La verdad no agradará nunca al mentiroso; la mansedumbre no<br />

satisfará jamás a la vanidad y al orgullo; la pureza no pue<strong>de</strong> ser aceptada <strong>por</strong> el disoluto; el amor<br />

<strong>de</strong>sinteresado no tiene atractivo para el egoísta. ¿Qué goces podría ofrecer el cielo a <strong>los</strong> que están<br />

completamente absorbidos en <strong>los</strong> intereses egoístas <strong>de</strong> la tierra? ¿Acaso podrían aquel<strong>los</strong> que han pasado<br />

su vida en rebelión contra Dios ser trans<strong>por</strong>tados <strong>de</strong> pronto al cielo y contemplar el alto y santo estado<br />

<strong>de</strong> perfección que allí se ve, don<strong>de</strong> toda alma rebosa <strong>de</strong> amor, todo semblante irradia alegría, la música<br />

arrobadora se eleva en acor<strong>de</strong>s melodiosos en honor a Dios y al Cor<strong>de</strong>ro, y brotan raudales <strong>de</strong> luz <strong>de</strong>l<br />

rostro <strong>de</strong> Aquel que está sentado en el trono e inundan a <strong>los</strong> redimidos?<br />

¿Podrían acaso aquel<strong>los</strong> cuyos corazones están llenos <strong>de</strong> odio hacia Dios y a la verdad y a la<br />

santidad alternar con <strong>los</strong> ejércitos celestiales y unirse a sus cantos <strong>de</strong> alabanza? ¿Podrían so<strong>por</strong>tar la<br />

gloria <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong>l Cor<strong>de</strong>ro? —No, no; años <strong>de</strong> prueba les fueron concedidos para que pudiesen formar<br />

caracteres para el cielo; pero nunca se acostumbraron a amar lo que es puro; nunca aprendieron el<br />

lenguaje <strong>de</strong>l cielo, y ya es <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>. Una vida <strong>de</strong> rebelión contra Dios <strong>los</strong> ha inhabilitado para el<br />

cielo. La pureza, la santidad y la paz que reinan allí serían para el<strong>los</strong> un tormento; la gloria <strong>de</strong> Dios, un<br />

fuego consumidor. Ansiarían huir <strong>de</strong> aquel santo lugar. Desearían que la <strong>de</strong>strucción <strong>los</strong> cubriese <strong>de</strong> la<br />

faz <strong>de</strong> Aquel que murió para redimir<strong>los</strong>. La suerte <strong>de</strong> <strong>los</strong> ma<strong>los</strong> queda <strong>de</strong>terminada <strong>por</strong> la propia elección<br />

<strong>de</strong> el<strong>los</strong>. Su exclusión <strong>de</strong>l cielo es un acto <strong>de</strong> su propia voluntad y un acto <strong>de</strong> justicia y misericordia <strong>por</strong><br />

parte <strong>de</strong> Dios.<br />

Del mismo modo que las aguas <strong>de</strong>l diluvio, las llamas <strong>de</strong>l gran día proclamarán el veredicto <strong>de</strong><br />

Dios <strong>de</strong> que <strong>los</strong> ma<strong>los</strong> son incurables. <strong>El</strong><strong>los</strong> no tienen ninguna disposición para someterse a la autoridad<br />

divina. Han ejercitado su voluntad en la rebeldía; y cuando termine la vida será <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong> para<br />

<strong>de</strong>sviar la corriente <strong>de</strong> sus pensamientos en sentido opuesto, <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong> para volverse <strong>de</strong> la<br />

transgresión hacia la obediencia, <strong>de</strong>l odio hacia el amor. Al perdonarle la vida a Caín el homicida, Dios<br />

dio al mundo un ejemplo <strong>de</strong> lo que suce<strong>de</strong>ría si le fuese permitido al pecador seguir llevando una vida<br />

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