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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

su estudio <strong>de</strong> un modo regular y metódico: empezando con el Génesis y leyendo versículo <strong>por</strong> versículo,<br />

no pasaba a<strong>de</strong>lante sino cuando el que estaba estudiando quedaba aclarado, <strong>de</strong>jándole libre <strong>de</strong> toda<br />

perplejidad. Cuando encontraba algún pasaje obscuro, solía compararlo con todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>más textos que<br />

parecían tener alguna referencia con el asunto en cuestión. Reconocía a cada palabra el sentido que le<br />

correspondía en el tema <strong>de</strong> que trataba el texto, y si la i<strong>de</strong>a que <strong>de</strong> él se formaba armonizaba con cada<br />

pasaje colateral, la dificultad <strong>de</strong>saparecía. Así, cada vez que daba con un pasaje difícil <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r,<br />

encontraba la explicación en alguna otra parte <strong>de</strong> las Santas Escrituras. A medida que estudiaba y oraba<br />

fervorosamente para que Dios le alumbrara, lo que antes le había parecido obscuro se le aclaraba.<br />

Experimentaba la verdad <strong>de</strong> las palabras <strong>de</strong>l salmista: "<strong>El</strong> principio <strong>de</strong> tus palabras alumbra; hace<br />

enten<strong>de</strong>r a <strong>los</strong> simples." (Salmo 119: 130.)<br />

Con profundo interés estudió <strong>los</strong> libros <strong>de</strong> Daniel y el Apocalipsis, siguiendo <strong>los</strong> mismos<br />

principios <strong>de</strong> interpretación que en <strong>los</strong> <strong>de</strong>más libros <strong>de</strong> la Biblia, y con gran gozo comprobó que <strong>los</strong><br />

símbo<strong>los</strong> proféticos podían ser comprendidos. Vio que, en la medida en que se habían cumplido, las<br />

profecías lo habían hecho literalmente; que todas las diferentes figuras, metáforas, parábolas, similitu<strong>de</strong>s,<br />

etc., o estaban explicadas en su contexto inmediato, o <strong>los</strong> términos en que estaban expresadas eran<br />

<strong>de</strong>finidos en otros pasajes; y que cuando eran así explicados <strong>de</strong>bían ser entendidos literalmente. "Así me<br />

convencí —dice— <strong>de</strong> que la Biblia es un sistema <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s reveladas dadas con tanta claridad y<br />

sencillez, que el que anduviere en el camino trazado <strong>por</strong> ellas, <strong>por</strong> insensato que fuere, no tiene <strong>por</strong> qué<br />

extraviarse." —Bliss, pág. 70. Eslabón tras eslabón <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong>scubierta vino a<br />

recompensar sus esfuerzos, a medida que paso a paso seguía las gran<strong>de</strong>s líneas <strong>de</strong> la profecía. Ángeles<br />

<strong>de</strong>l cielo dirigían sus pensamientos y <strong>de</strong>scubrían las Escrituras a su inteligencia.<br />

Tomando <strong>por</strong> criterio el modo en que las profecías se habían cumplido en lo pasado, para<br />

consi<strong>de</strong>rar el modo en que se cumplirían las que quedaban aún <strong>por</strong> cumplirse, se convenció <strong>de</strong> que el<br />

concepto popular <strong>de</strong>l reino espiritual <strong>de</strong> Cristo —un milenio tem<strong>por</strong>al antes <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l mundo— no<br />

estaba fundado en la Palabra <strong>de</strong> Dios. Esta doctrina que indicaba mil años <strong>de</strong> justicia y <strong>de</strong> paz antes <strong>de</strong><br />

la venida personal <strong>de</strong>l Señor, difería para un futuro muy lejano <strong>los</strong> terrores <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> Dios. Pero, <strong>por</strong><br />

agradable que ella sea, es contraria a las enseñanzas <strong>de</strong> Cristo y <strong>de</strong> sus apóstoles, quienes <strong>de</strong>claran que<br />

el trigo y la cizaña crecerán juntos hasta la siega al fin <strong>de</strong>l mundo; que "<strong>los</strong> ma<strong>los</strong> hombres y <strong>los</strong><br />

engañadores, irán <strong>de</strong> mal en peor;" que "en <strong>los</strong> postreros días vendrán tiempos peligrosos;" y que el reino<br />

<strong>de</strong> las tinieblas subsistirá hasta el advenimiento <strong>de</strong>l Señor y será consumido <strong>por</strong> el espíritu <strong>de</strong> su boca y<br />

<strong>de</strong>struído con el resplandor <strong>de</strong> su venida. (S. Mateo 13: 30, 38-41; 2 Timoteo 3: 13, 1; 2 Tesalonicenses<br />

2: 8.) La doctrina <strong>de</strong> la conversión <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong>l reino espiritual <strong>de</strong> Cristo no era sustentada <strong>por</strong> la<br />

iglesia apostólica. No fue generalmente aceptada <strong>por</strong> <strong>los</strong> cristianos hasta casi a principios <strong>de</strong>l siglo XVIII.<br />

Como todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>más errores, éste también produjo ma<strong>los</strong> resultados. Enseñó a <strong>los</strong> hombres a <strong>de</strong>jar<br />

para un remoto <strong>por</strong>venir la venida <strong>de</strong>l Señor y les impidió que dieran im<strong>por</strong>tancia a las señales <strong>de</strong> su<br />

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