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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

Ahora se realiza el acontecimiento predicho <strong>por</strong> el último solemne servicio <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> las<br />

expiaciones. Una vez terminado el servicio que se cumplía en el lugar santísimo, y cuando <strong>los</strong> pecados<br />

<strong>de</strong> Israel habían sido quitados <strong>de</strong>l santuario <strong>por</strong> virtud <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong>l sacrificio <strong>por</strong> el pecado, entonces<br />

el macho cabrío emisario era ofrecido vivo ante el Señor; y en presencia <strong>de</strong> la congregación el sumo<br />

sacerdote confesaba sobre él "todas las iniquida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Israel, y todas sus transgresiones, a<br />

causa <strong>de</strong> todos sus pecados, cargándo<strong>los</strong> así sobre la cabeza <strong>de</strong>l macho cabrío." (Levítico 16: 21, V.M.)<br />

Asimismo, cuando el servicio <strong>de</strong> propiciación haya terminado en el santuario celestial, entonces, en<br />

presencia <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> <strong>los</strong> santos ángeles y <strong>de</strong> la hueste <strong>de</strong> <strong>los</strong> redimidos, <strong>los</strong> pecados <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Dios<br />

serán puestos sobre Satanás; se le <strong>de</strong>clarará culpable <strong>de</strong> todo el mal que les ha hecho cometer. Y así<br />

como el macho cabrío emisario era <strong>de</strong>spachado a un lugar <strong>de</strong>sierto, así también Satanás será <strong>de</strong>sterrado<br />

en la tierra <strong>de</strong>solada, sin habitantes y convertida en un <strong>de</strong>sierto horroroso.<br />

<strong>El</strong> autor <strong>de</strong>l Apocalipsis predice el <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong> Satanás y el estado caótico y <strong>de</strong> <strong>de</strong>solación a que<br />

será reducida la tierra; y <strong>de</strong>clara que este estado <strong>de</strong> cosas subsistirá <strong>por</strong> mil años. Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>scritas<br />

las escenas <strong>de</strong> la segunda venida <strong>de</strong>l Señor y la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> <strong>los</strong> impíos, la profecía prosigue: "Y vi un<br />

ángel <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l cielo, que tenía la llave <strong>de</strong>l abismo, y una gran<strong>de</strong> ca<strong>de</strong>na en su mano. Y prendió al<br />

dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y le ató <strong>por</strong> mil años; y arrojólo al abismo,<br />

y le encerró, y selló sobre él, <strong>por</strong>que no engañe más a las naciones, hasta que mil años sean cumplidos:<br />

y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto es necesario que sea <strong>de</strong>satado un poco <strong>de</strong> tiempo." (Apocalipsis 20: 1-3.)<br />

Según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> otros pasajes bíblicos, es <strong>de</strong> toda evi<strong>de</strong>ncia que la expresión "abismo" se<br />

refiere a la tierra en estado <strong>de</strong> confusión y tinieblas. Respecto a la condición <strong>de</strong> la tierra "en el principio,"<br />

la narración bíblica dice que "estaba <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada y vacía; y las tinieblas estaban sobre la haz <strong>de</strong>l abismo."<br />

(Génesis 1: 2.) Las profecías enseñan que será reducida, en parte <strong>por</strong> lo menos, a ese estado.<br />

Contemplando a través <strong>de</strong> <strong>los</strong> sig<strong>los</strong> el gran día <strong>de</strong> Dios, el profeta Jeremías dice: "Miro hacia la tierra,<br />

y he aquí que está <strong>de</strong>solada y vacía; también hacia <strong>los</strong> cie<strong>los</strong> miro, mas no hay luz en el<strong>los</strong>. Miro las<br />

montañas, y he aquí que están temblando, y todas las colinas se conmueven. Miro, y he aquí que no<br />

parece hombre alguno, y todas las aves <strong>de</strong>l cielo se han fugado.<br />

Miro, y he aquí el campo fructífero convertido en un <strong>de</strong>sierto, y todas sus ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>rribadas."<br />

(Jeremías 4: 23-26, V.M.) Aquí es don<strong>de</strong>, con sus ma<strong>los</strong> ángeles, Satanás hará su morada durante mil<br />

años. Limitado a la tierra, no podrá ir a otros mundos para tentar e incomodar a <strong>los</strong> que nunca cayeron.<br />

En este sentido es cómo está atado: no queda nadie en quien pueda ejercer su po<strong>de</strong>r. Le es <strong>de</strong>l todo<br />

imposible seguir en la obra <strong>de</strong> engaño y ruina que <strong>por</strong> tantos sig<strong>los</strong> fue su único <strong>de</strong>leite.<br />

<strong>El</strong> profeta Isaías, mirando hacia lo <strong>por</strong> venir, ve en lontananza el tiempo en que Satanás será<br />

<strong>de</strong>rrocado, y exclama: "¡Cómo caíste <strong>de</strong> <strong>los</strong> cie<strong>los</strong>, oh Lucero, hijo <strong>de</strong> la aurora! ¡has sido <strong>de</strong>rribado <strong>por</strong><br />

tierra, tú que abatiste las naciones! . . . Tú eres aquel que dijiste en tu corazón: ¡Al cielo subiré; sobre las<br />

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