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El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

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<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

La cruz <strong>de</strong> Cristo será la ciencia y el canto <strong>de</strong> <strong>los</strong> redimidos durante toda la eternidad. En el Cristo<br />

glorificado, contemplarán al Cristo crucificado. Nunca olvidarán que Aquel cuyo po<strong>de</strong>r creó <strong>los</strong> mundos<br />

innumerables y <strong>los</strong> sostiene a través <strong>de</strong> la inmensidad <strong>de</strong>l espacio, el Amado <strong>de</strong> Dios, la Majestad <strong>de</strong>l<br />

cielo, Aquel a quien <strong>los</strong> querubines y <strong>los</strong> serafines resplan<strong>de</strong>cientes se <strong>de</strong>leitan en adorar —se humilló<br />

para levantar al hombre caído; que llevó la culpa y el oprobio <strong>de</strong>l pecado, y sintió el ocultamiento <strong>de</strong>l<br />

rostro <strong>de</strong> su Padre, hasta que la maldición <strong>de</strong> un mundo perdido quebrantó su corazón y le arrancó la<br />

vida en la cruz <strong>de</strong>l Calvario. <strong>El</strong> hecho <strong>de</strong> que el Hacedor <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> mundos, el Árbitro <strong>de</strong> todos <strong>los</strong><br />

<strong>de</strong>stinos, <strong>de</strong>jase su gloria y se humillase <strong>por</strong> amor al hombre, <strong>de</strong>spertará eternamente la admiración y<br />

adoración <strong>de</strong>l universo. Cuando las naciones <strong>de</strong> <strong>los</strong> salvos miren a su Re<strong>de</strong>ntor y vean la gloria eterna<br />

<strong>de</strong>l Padre brillar en su rostro; cuando contemplen su trono, que es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la eternidad hasta la eternidad,<br />

y sepan que su reino no tendrá fin, entonces prorrumpirán en un cántico <strong>de</strong> júbilo: "¡Digno, digno es el<br />

Cor<strong>de</strong>ro que fue inmolado, y nos ha redimido para Dios con su propia preciosísima sangre!"<br />

<strong>El</strong> misterio <strong>de</strong> la cruz explica todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>más misterios. A la luz que irradia <strong>de</strong>l Calvario, <strong>los</strong><br />

atributos <strong>de</strong> Dios que nos llenaban <strong>de</strong> temor respetuoso nos resultan hermosos y atractivos. Se ve que la<br />

misericordia, la compasión y el amor paternal se unen a la santidad, la justicia y el po<strong>de</strong>r. Al mismo<br />

tiempo que contemplamos la majestad <strong>de</strong> su trono, tan gran<strong>de</strong> y elevado, vemos su carácter en sus<br />

manifestaciones misericordiosas y compren<strong>de</strong>mos, como nunca antes, el significado <strong>de</strong>l apelativo<br />

conmovedor: "Padre nuestro."<br />

Se echará <strong>de</strong> ver que Aquel cuya sabiduría es infinita no hubiera podido i<strong>de</strong>ar otro plan para<br />

salvarnos que el <strong>de</strong>l sacrificio <strong>de</strong> su Hijo. La compensación <strong>de</strong> este sacrificio es la dicha <strong>de</strong> poblar la<br />

tierra con seres rescatados, santos, felices e inmortales. <strong>El</strong> resultado <strong>de</strong> la lucha <strong>de</strong>l Salvador contra las<br />

potesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las tinieblas es la dicha <strong>de</strong> <strong>los</strong> redimidos, la cual contribuirá a la gloria <strong>de</strong> Dios <strong>por</strong> toda la<br />

eternidad. Y tal es el valor <strong>de</strong>l alma, que el Padre está satisfecho con el precio pagado; y Cristo mismo,<br />

al consi<strong>de</strong>rar <strong>los</strong> resultados <strong>de</strong> su gran sacrificio, no lo está menos.<br />

* * * * * * *<br />

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