19.10.2016 Views

El Conflicto de los Siglos por Elena de White [Nueva Ed.]

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

Se recrudece una guerra espiritual. Embatallados en El Conflicto de los Siglos, desde la eternidad pasada hasta los tiempos actuales, se están luchando dos fuerzas una contra el otra por la soberanía universal. Este libro se explica cómo inició la guerra, cómo llegará el punto culminante y cómo se terminará. Con desarrollos muy chocantes que pican la mente y despiertan las ascuas del alma, también la obra ilumina la visión y da revelación acerca de la manipulación espiritual, la política mundial, los regímenes represivos, los movimientos religiosos, los derechos y las libertades amenazados y la decodificación del misterio de la profecía.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong>Conflicto</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Sig<strong>los</strong><br />

"A <strong>los</strong> peligros ya enumerados se une el que se corre al no reconocer plenamente la justicia <strong>de</strong><br />

Dios. La ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l púlpito mo<strong>de</strong>rno consiste en hacer separación entre la justicia divina y la<br />

misericordia divina, en rebajar la misericordia al nivel <strong>de</strong> un sentimiento en lugar <strong>de</strong> elevarla a la altura<br />

<strong>de</strong> un principio. <strong>El</strong> nuevo prisma teológico separa lo que Dios unió. ¿Es la ley divina un bien o un mal?<br />

Es un bien. Luego la justicia es buena; pues es una disposición para cumplir la ley. De la costumbre <strong>de</strong><br />

tener en poco la ley y justicia divinas, el alcance y <strong>de</strong>mérito <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sobediencia humana, <strong>los</strong> hombres<br />

contraen fácilmente la costumbre <strong>de</strong> no apreciar la gracia que proveyó expiación <strong>por</strong> el pecado." Así<br />

pier<strong>de</strong> el Evangelio su valor e im<strong>por</strong>tancia en el concepto <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres, que no tardan en <strong>de</strong>jar a un<br />

lado la misma Biblia. Muchos maestros en religión aseveran que Cristo abolió la ley <strong>por</strong> su muerte, y<br />

que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces <strong>los</strong> hombres se ven libres <strong>de</strong> sus exigencias. Algunos la representan como yugo<br />

enojoso, y en contraposición con la esclavitud <strong>de</strong> la ley, presentan la libertad <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>be gozar bajo<br />

el Evangelio. Pero no es así como las profetas y <strong>los</strong> apóstoles consi<strong>de</strong>raron la santa ley <strong>de</strong> Dios. David<br />

dice: "Y andaré con libertad, <strong>por</strong>que he buscado tus preceptos." (Salmo 119: 45, V.M.) <strong>El</strong> apóstol<br />

Santiago, que escribió <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Cristo, habla <strong>de</strong>l Decálogo como <strong>de</strong> la "ley real," y <strong>de</strong> la<br />

"ley perfecta, la ley <strong>de</strong> libertad." (Santiago 2: 8; 1: 25, V.M.) Y el vi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Patmos, medio siglo <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> la crucifixión, pronuncia una bendición sobre <strong>los</strong> "que guardan sus mandamientos, para que su<br />

potencia sea en el árbol <strong>de</strong> la vida, y que entren <strong>por</strong> las puertas en la ciudad." (Apocalipsis 22: 14.)<br />

<strong>El</strong> aserto <strong>de</strong> que Cristo abolió con su muerte la ley <strong>de</strong> su Padre no tiene fundamento. Si hubiese<br />

sido posible cambiar la ley o abolirla, entonces Cristo no habría tenido <strong>por</strong> qué morir para salvar al<br />

hombre <strong>de</strong> la penalidad <strong>de</strong>l pecado. La muerte <strong>de</strong> Cristo, lejos <strong>de</strong> abolir la ley, prueba que es inmutable.<br />

<strong>El</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios vino para engran<strong>de</strong>cer la ley, y hacerla honorable. (Isaías 42: 21.) <strong>El</strong> dijo: "No penséis<br />

que vine a invalidar la ley;" "hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni un til<strong>de</strong> pasará <strong>de</strong><br />

la ley." (S. Mateo 5: 17, 18, V.M.) Y con respecto a sí mismo <strong>de</strong>clara: "Me complazco en hacer tu<br />

voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio <strong>de</strong> mi corazón." ( Salmo 40: 8, V.M.) La ley <strong>de</strong> Dios, <strong>por</strong><br />

su naturaleza misma, es inmutable. Es una revelación <strong>de</strong> la voluntad y <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> su Autor. Dios es<br />

amor, y su ley es amor. Sus dos gran<strong>de</strong>s principios son el amor a Dios y al hombre. "<strong>El</strong> amor pues es el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la ley." (Romanos 13: 10, V.M.) <strong>El</strong> carácter <strong>de</strong> Dios es justicia y verdad; tal es la<br />

naturaleza <strong>de</strong> su ley. Dice el salmista: "Tu ley es la verdad;" "todos tus mandamientos son justos." (Salmo<br />

119: 142, 172, V.M.) Y el apóstol Pablo <strong>de</strong>clara: "La ley es santa, y el mandamiento, santo y justo y<br />

bueno." (Romanos 7: 12, V.M.) Semejante ley, expresión <strong>de</strong>l pensamiento y <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> Dios,<br />

<strong>de</strong>be ser tan dura<strong>de</strong>ra como su Autor.<br />

Es obra <strong>de</strong> la conversión y <strong>de</strong> la santificación reconciliar a <strong>los</strong> hombres con Dios, poniéndo<strong>los</strong> <strong>de</strong><br />

acuerdo con <strong>los</strong> principios <strong>de</strong> su ley. Al principio el hombre fue creado a la imagen <strong>de</strong> Dios. Estaba en<br />

perfecta armonía con la naturaleza y la ley <strong>de</strong> Dios; <strong>los</strong> principios <strong>de</strong> justicia estaban grabados en su<br />

corazón. Pero el pecado le separó <strong>de</strong> su Hacedor. Ya no reflejaba más la imagen divina. Su corazón<br />

318

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!