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EL SER POETICO

Esta obra incluye propuestas innovadoras sobre la concepción del arte en general y del poema en particular. Los nuevos conceptos están formalizados en varias definiciones y postulados. También nos proporciona valiosos indicadores que nos permiten diferenciar el Verso Vulgar y las gradaciones que lo llevan al Verso Puro. Por otra parte, propone la solución a la extraña paradoja que los críticos tradicionales han fabricado con la supuesta dicotomía entre “Poesía” y “Prosa”, mientras que la noción del Momento Vital se convierte en un indicador muy importante para la comprensión de lo que es una novela, un relato o un poema en verso. La Visión y la Transfiguración del poema visionario, tal como lo define Carlos Bousoño, cobran nuevos matices.

Esta obra incluye propuestas innovadoras sobre la concepción del arte en general y del poema en particular. Los nuevos conceptos están formalizados en varias definiciones y postulados. También nos proporciona valiosos indicadores que nos permiten diferenciar el Verso Vulgar y las gradaciones que lo llevan al Verso Puro.

Por otra parte, propone la solución a la extraña paradoja que los críticos tradicionales han fabricado con la supuesta dicotomía entre “Poesía” y “Prosa”, mientras que la noción del Momento Vital se convierte en un indicador muy importante para la comprensión de lo que es una novela, un relato o un poema en verso. La Visión y la Transfiguración del poema visionario, tal como lo define Carlos Bousoño, cobran nuevos matices.

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“ ¡ay¡ se cumplió: que desde aquel instante<br />

mi caliz amargar plugo a los cielos<br />

y en vano a veces mi nocturna amante<br />

volvió a darme consuelos<br />

Mis votos más queridos<br />

fueron siempre tiernas privaciones<br />

mis afectos desgracias o ilusiones<br />

y mis cantos gemidos”<br />

Campoamor (Madrid 1817-1901) seguramente al notar el abuso que<br />

se hace de este sentimentalismo de fin de siglo, pone humor en la<br />

confesión de pena de la amada ante el cura que no quiere escribir en<br />

la carta, los términos exactos que ella le dicta.<br />

-Escribidme una carta señor cura<br />

-Ya sé para quien es<br />

-¿Sabéis quién es, porque una noche oscura<br />

nos visteis juntos?<br />

.........<br />

Y si volver tu afecto no procura<br />

tanto me harás sufrir...<br />

-¿Sufrir y nada más? No, señor cura,<br />

¡que me voy a morir!<br />

-¿Morir? ¿Sabéis que es ofender al cielo?...<br />

-Pues sí, señor; ¡morir!<br />

-Yo no pongo morir<br />

-¡Qué hombre de hielo!¡ ¡Quién supiera escribir¡!<br />

Pero los siglos pasados no tienen el monopolio del amor como sufrimiento.<br />

En el nuestro hay gran prueba de que el masoquismo<br />

amoroso atrae en alto grado la inspiración de los poetas. Rafael de<br />

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