EL SER POETICO
Esta obra incluye propuestas innovadoras sobre la concepción del arte en general y del poema en particular. Los nuevos conceptos están formalizados en varias definiciones y postulados. También nos proporciona valiosos indicadores que nos permiten diferenciar el Verso Vulgar y las gradaciones que lo llevan al Verso Puro. Por otra parte, propone la solución a la extraña paradoja que los críticos tradicionales han fabricado con la supuesta dicotomía entre “Poesía” y “Prosa”, mientras que la noción del Momento Vital se convierte en un indicador muy importante para la comprensión de lo que es una novela, un relato o un poema en verso. La Visión y la Transfiguración del poema visionario, tal como lo define Carlos Bousoño, cobran nuevos matices.
Esta obra incluye propuestas innovadoras sobre la concepción del arte en general y del poema en particular. Los nuevos conceptos están formalizados en varias definiciones y postulados. También nos proporciona valiosos indicadores que nos permiten diferenciar el Verso Vulgar y las gradaciones que lo llevan al Verso Puro.
Por otra parte, propone la solución a la extraña paradoja que los críticos tradicionales han fabricado con la supuesta dicotomía entre “Poesía” y “Prosa”, mientras que la noción del Momento Vital se convierte en un indicador muy importante para la comprensión de lo que es una novela, un relato o un poema en verso. La Visión y la Transfiguración del poema visionario, tal como lo define Carlos Bousoño, cobran nuevos matices.
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
de la América ingenua que tiene sangre indígena<br />
que aún reza a Jesucristo y aún habla español<br />
Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza<br />
eres culto, eres hábil; te opones a Tolstoi.<br />
Y domando caballos o asesinando tigres,<br />
eres un Alejandro-Nabucodonosor...<br />
Me ratifico sin ningún remilgo: en cuestiones de crítica a la oda, nada<br />
será más grato que remitirse sin recato a Darío y la suya.<br />
La Elegía: El Verso Vulgar de Dolor Programado<br />
Hay una sentencia popular que surge de la experiencia repetida siglo<br />
tras de siglo, milenio tras de milenio: Los malos nunca mueren. Así<br />
es; en la hipocresía institucionalizada del planeta, sólo los buenos lo<br />
hacen. Todo muerto es el cuerpo de un ser admirable que no merecía<br />
morir; merecía quedarse como arquetipo eterno de lo humano.<br />
El ritual de expresar el supuesto dolor solidario, ya con hisopos y<br />
discursos y plegarias de ocasión, ya con el estruendo de los cañonazos,<br />
es a la conciencia de la civilización lo que las lloronas eran a los<br />
indígenas de México: el dolor programado. Las expresiones vulgares<br />
del supuesto respeto a los muertos han perdido toda la vergüenza y<br />
sólo pueden ser comparadas a los versos vulgares a la mujer; ambos<br />
compiten en el doblez; ambos acaparan dosis astrales de impostura;<br />
ambos reclaman para sí el monopolio de la afectación. El dolor íntimo<br />
poético nunca necesita de estos carnavales que salpican en lo<br />
grotesco. El dolor íntimo poético, mientras más dolor, sólo congenia<br />
con el silencio. Siente la caída del Ente concreto como la última<br />
nota de una canción que se pierde al otro lado del tiempo; como la<br />
caída de una mirada.<br />
56
Change language