05.07.2020 Views

3. Niños de Todo el Mundo

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

vestre? De todos modos sería mejor probarlas. No parecía

haber otra cosa que hacer para un muchacho que quisiera

“conservar su ánimo”.

Martín cogió una manzana y la mordió. Toda su vida

había comido manzanas, pero nunca había probado una

como aquélla. Era una manzana de color rojo brillante, con

un zumo que sabía como si le hubieran puesto especias.

Dio otro bocado y le pareció tan bueno como el primero.

A veces la naturaleza hace cosas por su cuenta y mezcla las

semillas mucho mejor que el hombre. “La manzana Mclntosh,

por ejemplo, proviene de una rama salvaje”, recordó

Martín, mientras llenaba el sombrero con las mejores que

pudo encontrar.

Salió corriendo sendero abajo, con Thomas Thomas

que saltaba atropelladamente detrás de él.

—¡Señora Tildy! ¡Señora Tildy! —gritó mucho antes de

que ella pudiera oírle.

—¡La he encontrado, la he encontrado! ¡La manzana

perfecta!

Vio su figura inclinada en la puerta, con la cara cerca

del pomo de la puerta.

—¡Buena suerte! —dijo ella— No te pares. ¡Y dime después

lo que ha pasado!

Subió, corrió por la colina, tropezando y sin aliento a

través del huerto.

—¡Abuelo! —gritó Martín—. ¡Abuelo! Prueba esta manzana.

¡Pruébala!

El abuelo de Martín siempre probaba las nuevas manzanas.

Cogió una del sombrero de Martín y la mordió. Una

mirada de sorpresa se reflejó en su cara. Dio otro mordisco

y lo comió con fruición.

—¿Dónde has encontrado esta manzana, Martín? —preguntó

con solemnidad.

Martín supo inmediatamente que no se había equivocado.

Aquella manzana era una maravilla.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!