05.07.2020 Views

3. Niños de Todo el Mundo

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Mirando a su alrededor vio un andamio, casi terminado,

que se levantaba sobre los edificios. Pasó patinando entre

charcos de agua y sobre planchas metálicas.

Se detuvo a contemplar cómo unos hombres con cascos

de plástico azul transportaban marcos de ventana al andamio.

Arriba, dos hombres, atados con correas a la pared

del edificio, ponían marcos en las ventanas. Helmut fue después

patinando hacia un montacargas.

—Busco a mi hermana —dijo al hombre que hacía funcionar

el m otor-. Pero ya veo que no está aquí. Me parece

que siempre me equivoco de sitio.

—Si miras por todas las calles de la ciudad, tardarás

mucho tiempo —dijo el hombre—. Quizá puedas verla si subes

a lo alto de este edificio y la buscas con el telescopio.

Helmut se alegró tanto de poder subir a lo alto del edificio

que le dio al hombre los dos marcos que su padre le

había entregado para comprar schaschlik. Entró en el ascensor

y se agarró fuerte. Fue subiendo. El hombre que hacía

marchar el motor se hacía cada vez más pequeño. El

ascensor se balanceó hacia adelante y hacia atrás. Helmut

se asustó. Se volvió y miró a la pared. Se sintió así más

seguro.

—Debo encontrar a mi hermana —dijo Helmut al hombre

que manejaba el telescopio.

—¿De qué color es su vestido?

—Verde —dijo Helmut— Susana se escapó y si no la encuentro

antes de que mis padres vuelvan a casa, me castigarán.

El hombre ajustó el telescopio y puso un cajón vacío

cerca de él, para que Helmut se subiera.

—Cierra el ojo izquierdo y mira por la lente con el derecho

—dijo el hombre.

Helmut obedeció. A través del telescopio, los edificios

parecían estar muy cerca. Lo mismo ocurría con el parque

de la ciudad y la calle mayor.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!