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118 POLÍTICA GLOBAL<br />
La ofensiva aérea estadounidense contra los ralibanes comenzó utilizando<br />
el eslogan "con los paquisranics contra el terrorismo" y a un remozado Pakistán<br />
en el papel de aliado crucial. Pero en <strong>la</strong> medida en que los ataques aéreos<br />
comenzaron a sucederse sin mostrar demasiado a cambio del dinero y el esfuerzo<br />
invertidos en arrasar con todo a su paso, <strong>la</strong> alternativa de al<strong>la</strong>narle el<br />
camino a un ataque por tierra de los uzbecos y tadjiks de <strong>la</strong> "Alianza del Norte"<br />
se tornó cada vez más atractiva. La tentación demostró ser irresistible, y <strong>la</strong><br />
aplicación de una estrategia sustituta terminó con los nuevos amos de un Afganistán<br />
limpio de talibanes dec<strong>la</strong>rando <strong>la</strong> guerra "contra los terroristas y contra<br />
los paquistaníes"... Preparándose para <strong>la</strong> guerra, el Secretario de Estado<br />
de los Estados Unidos, con <strong>la</strong> ayuda del Primer Ministro británico, cortejó a<br />
los gobiernos árabes amigos, y también a los que no lo eran tanto, para que<br />
formaran parte de <strong>la</strong> coalición de guerra. La primera fase de <strong>la</strong> guerra acabó<br />
con una masacre perpetrada por <strong>la</strong>s pandil<strong>la</strong>s victoriosas de <strong>la</strong> antigua "Alianza<br />
del Norte" contra los voluntarios árabes en Afganistán, y con <strong>la</strong> exigencia<br />
de limpiar el país de "extranjeros", fueran amistosos ti hostiles en sus intenciones<br />
dec<strong>la</strong>radas o supuestas.<br />
En el momento en que escribo, <strong>la</strong> saga de <strong>la</strong>s coaliciones cambiantes está<br />
lejos de alcanzar un desen<strong>la</strong>ce. Los nuevos gobernantes provisorios del país<br />
devastado por varias décadas de guerras intestinas y varias semanas de bombardeos<br />
por saturación no son <strong>la</strong> coalición que se esperaba que surgiera al culminar<br />
<strong>la</strong> campaña contra los talibanes. Unidos momentáneamente por <strong>la</strong> perspectiva<br />
de beneficiarse ampliamente de los cargos públicos y por el vívido<br />
recuerdo del enorme poder con que el Pentágono castiga <strong>la</strong> desobediencia,<br />
permanecen de todos modos como antes, como compañeros de alcoba que difícilmente<br />
vayan a compartir <strong>la</strong> misma cama por demasiado tiempo. Probablemente<br />
estén marcando el paso a <strong>la</strong> espera de que los b<strong>la</strong>ncos militares estadounidenses<br />
cambien, como ciertamente cambiarán, y que se desp<strong>la</strong>cen<br />
hacia otro <strong>la</strong>do, como con toda probabilidad ocurrirá más temprano que tarde.<br />
Una vez que una institución burocrática adquiere <strong>la</strong> capacidad de llevar a<br />
cabo exitosamente un cierto tipo de tarea, está atada a buscar activamente nuevas<br />
oportunidades para llevar<strong>la</strong> a cabo otra vez. Cuando se opera en un espacio<br />
de frontera, es probable que esa institución encuentre muchos más b<strong>la</strong>ncos<br />
para una fuerza aérea de espectacu<strong>la</strong>r eficacia, que le permitirán repetir el<br />
proceso. y como observó Gary Younge, el perspicaz columnista del Guardian,<br />
"definir a un terrorista [...] depende enteramente del equilibrio de fuerzas en<br />
un momento dado. Ahora los Estados Unidos buscan <strong>la</strong> cabeza de aquellos a