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CONSUMIRSE LA VIDA 223<br />

Uno no podría decir que Don Juan es un traidor, comenta Kierkegaard.<br />

0, para el caso, un seductor:<br />

Para ser UD seductor se necesita una cierta dosis de reflexión y autoconciencia,<br />

y una vez que estamos en presencia de eso, se puede hab<strong>la</strong>r de astucia, de<br />

malicia, de p<strong>la</strong>nes ingeniosos. A Don Juan le falta esa conciencia. Por lo tanto,<br />

lo que hace no es seducir. Don Juan desea, y es ese deseo el que actúa de<br />

forma seductora. En ese sentido es que seduce. Disfruta <strong>la</strong> satisfacción del deseo;<br />

una vez que <strong>la</strong> disfrutó, busca un nuevo objeto, y así infinitamente... No<br />

necesita preparativos, ni p<strong>la</strong>nes, ni tiempo: siempre está preparado. Siempre<br />

tiene energía, y por ende también deseo, y sólo cuando desea se encuentra<br />

propiamente en su elemento."<br />

La vida de Don Juan se divide en momentos escindidos e inconexos, pero él<br />

mismo <strong>la</strong> escindió así. Don Juan eligió. Fue decisión suya saltar de una aventura<br />

amorosa a otra, de ir a <strong>la</strong> deriva por <strong>la</strong> vida en vez de caminar con paso<br />

firme. Ningún destino lo obligó a ser así. Su vida podría haber sido diferente:<br />

Don Juan podría haber sido diferente. Kierkegaard no estaba dispuesto a<br />

soportar sin levantar <strong>la</strong> voz <strong>la</strong> fatalidad frente a <strong>la</strong> que Pascal se rindió con me<strong>la</strong>ncolía.';<br />

Soren Kierkcgaard, EitherlOr, Princecon Universitv Prcss, traducción de David E Swcnson<br />

y Lilian Marvin Swenson. Se cita aquí <strong>la</strong> edición de David L. Norron y Mary F. Kille<br />

(comps.), Pbilosopbics ofLoue, Hclix Books, 197 J, pp. 45-48.<br />

Max Scheler sería el último en enunciar el credo en el que Kicrkcgaard buscaba motivos de<br />

esperanza: hay un destino común, que ningún ser humano puede elegir libremente: y hay<br />

un destino individual, que es propio dd individuo, a pesar de que se lo contro<strong>la</strong> con dificultad,<br />

y rara ve/. se lo p<strong>la</strong>nifica por completo [...] El destino individual del hombre no es<br />

su destino común. Sólo <strong>la</strong> suposición de que una cosa y <strong>la</strong> otra son lo mismo merece ser l<strong>la</strong>mada<br />

fatalismo. El fatalismo cobra peso sólo en tanto y en cuanto los hombres rcifiqucn el<br />

destino l...J Sin embargo, <strong>la</strong> estructura del entorno y el destino l...1 tienen un origen natural<br />

y bdsicamenre comprensible [...] El destino común, por supuesto, no se puede elegir<br />

libremente l...l Sin embargo, crece, surge, de <strong>la</strong> vida de una persona [...] El destino común<br />

toma forma, en su mayor parte, en <strong>la</strong> vida del individuo.<br />

Las presiones (sociales) del entorno no son sobrenaturales, y resistir<strong>la</strong>s no es una tarea sobrehumana.<br />

El individuo tiene que buscar su destino sobreponiéndose a muchas cargas que<br />

pueden resultar abrumadoras, pero ciertamente esposibleperseguirlo, perseguirlo con denuedo,<br />

incluso hasta el final; <strong>la</strong> disolución del destino individual en el destino común no<br />

es en modo alguno una conclusión previsible, incluso a pesar de que por lo general lo parece.<br />

La posibilidad de separar el destino individual del común hace de <strong>la</strong> vida una elección

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