48651208-bauman-zygmunt-la-sociedad-sitiada
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DE ESPECTADOR A ACTOR 265<br />
trada está prohibida, y a los que no se puede acceder sin los exámenes de seguridad<br />
y <strong>la</strong>s credenciales necesarias. Los fragmentos visibles de <strong>la</strong> cadena rara<br />
vez forman un sistema coherente con puntos de ingreso c<strong>la</strong>ramente señalizados<br />
y botones de "insta<strong>la</strong>ción" y "desinsta<strong>la</strong>ción".<br />
Como es sabido, los obstáculos para el compromiso efectivo a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo<br />
son muy numerosos, y muchos de ellos son imposibles de sortear. Podría argumentarse,<br />
sin embargo, que <strong>la</strong> barrera más difícil de franquear es <strong>la</strong> desigualdad<br />
del proceso de globalización. El progresivo engranaje de <strong>la</strong>s dependencias<br />
globales no encuentra parangón. y menos aún controlo equilibrio, en instrumentos<br />
de acción política igualmente globales y poderosos. Las protestas "antiglobalización"<br />
difusas y esporádicas, por más valientes y dedicadas que sean,<br />
no son rival para el poder concentrado de <strong>la</strong>s multinacionales, cuidado y protegido<br />
a sol y a sombra por los gobiernos en busca de un premio a su hospitalidad<br />
y por <strong>la</strong>s fuerzas armadas hasta los dientes que comandan. Para remover<br />
esa barrera, no bastaría con tener una visión mejor. Pero al menos eso sería (para<br />
usar <strong>la</strong> memorable frase de ChurchilJ) "el final del principio".<br />
Persiguiendo <strong>la</strong> "oportunidad política"<br />
en el mundoglobalizado<br />
Hacia fines del siglo xx, el poder normativo de los Estados-nación, y parricu<strong>la</strong>rmenre<br />
su capacidad práctica para <strong>la</strong> regu<strong>la</strong>ción normativa soberana, había<br />
sido socavado casi por completo. Las empresas (y particu<strong>la</strong>rmente <strong>la</strong>s<br />
grandes empresas, <strong>la</strong>s empresas que verdaderamente importan cuando se trata<br />
de equilibrar <strong>la</strong>s cuentas del Estado y asegurar <strong>la</strong> vida de sus sujetos) habían<br />
apostado, y con éxito, a independizarse del ámbito de <strong>la</strong> soberanía estatal.<br />
Los cimientos económicos de <strong>la</strong> supervivencia y el bienestar humanos son<br />
hoy en día políticamente "extraterritoriales", como solían ser hace dos siglos,<br />
en el umbral de <strong>la</strong> modernidad, cuando <strong>la</strong>s empresas comerciales lograron escapar<br />
de <strong>la</strong> estrecha supervisión ética de <strong>la</strong> comunidad local hacia una "tierra<br />
de nadie" que el Estado-nación moderno todavía no había ocupado ni administrado,<br />
hacia un verdadero territorio fronterizo en el que el "nexo de dinero"<br />
era el único <strong>la</strong>zo social y <strong>la</strong> competencia feroz <strong>la</strong> única ley del país.<br />
En nuestra época, ha surgido nuevamente un espacio éticamente vacío, y<br />
en su interior los poderes económicos son libres de seguir sus propias reg<strong>la</strong>s,<br />
o para el caso, de ignorar por completo toda regu<strong>la</strong>ción. Este nuevo vacío sur-