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238 POLÍTICAS DE VIDA<br />
pacidad de "constantemente terminar y comenzar de nuevo desde el principio".<br />
Sin los activos de <strong>la</strong> seguridad a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo, los compromisos duradefOS<br />
se convierten en pasivos. El futuro -el futuro previsible y el futuro deseable-<br />
sólo puede entenderse como una sucesión de presentes. El único hilo<br />
conductor con el que pueden enhebrarse como un col<strong>la</strong>r los sucesivos episo<br />
dios, para evitar que queden esparcidos por ahí y se pierdan, es el propio<br />
. .<br />
cuerpo en sus sucesivas encamaciones.<br />
Nik<strong>la</strong>s Luhmann escribió acerca de <strong>la</strong> <strong>sociedad</strong> moderna que ésta es "moderna"<br />
en tanto yen cuanto "marca su novedad a relegar lo viejo":<br />
Nos guste o no, ya no somos lo que éramos, y ya no seremos lo que somos<br />
ahora [...] Las características de <strong>la</strong> modernidad actual no son <strong>la</strong>s de ayer ni <strong>la</strong>s<br />
de mañana, en eso consiste <strong>la</strong> modernidad. Los problemas de <strong>la</strong><strong>sociedad</strong> contemporánea<br />
no son problemas ligados al mantenimiento de una herencia, ya<br />
sea en el terreno de <strong>la</strong> educación o en otro <strong>la</strong>do. Mucho más importante es <strong>la</strong><br />
constante creación de alceridades."<br />
En el Lebenswe!t que nos rodea tanto como en su epicentro único, el yo, <strong>la</strong><br />
continuidad discontinua es <strong>la</strong> única que puede adoptar <strong>la</strong> continuidad, <strong>la</strong> única<br />
que hay, y <strong>la</strong> única que es sensato -que es razonable-. buscar, En el juego de<br />
<strong>la</strong> vida, <strong>la</strong> "<strong>sociedad</strong>" ha resignado el rol de guardián, bondadoso aunque exigente,<br />
para pasar a ser un actor más (y ni siquiera un primus inter pares). Lo<br />
que había sido alguna vez el principal pi<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> estabilidad y una garantía de<br />
seguridad se ha convertido en <strong>la</strong> principal fuente de sorpresa y en un peligro<br />
difuso, temible por inescrutable. Es errático, como todos los jugadores: mantiene<br />
<strong>la</strong>s cartas apretadas contra el pecho y le gusta tomar a los demás desprevenidos,<br />
sorprendiéndolos una y otra vez cuando menos se lo imaginan. En<br />
el juego de <strong>la</strong> vida, el premio principal son sus reg<strong>la</strong>s, que están cambiando<br />
constantemente. No hay casi nada que los actores individuales puedan hacer<br />
para evitar jugadas sorpresivas, con <strong>la</strong>s consecuencias del caso; lo único que<br />
pueden hacer los individuos es aguzar el ingenio, esforzarse por ganarle de<br />
mano a quien trata de engañarlos, hacer lo posible por mantenerse alerta y<br />
estar listos para cambiar de táctica todo el tiempo; intentar no quedar rezagados<br />
ni ser tomados por sorpresa nunca.<br />
1) Nik<strong>la</strong>s Luhmann, Observations on Modernity, Stanford Univcrsiry Press, 1998, p. 3. Traducción<br />
de William 'Whobrey.