Reconfigurando territorios

RECONFIGURANDO TERRITORIOS 147
Al momento del auge de la explotación de la
madera, las comunidades también se dedicaban
a cuartonear 13 en pequeña escala o trabajaban
como jornaleros de las grandes empresas,
ya sea para guiar y señalar los mejores ejemplares
de madera, para cazar y alimentar a los
funcionarios de las empresas o como transportistas,
mejor conocidos como “motoristas”
“Ellos [las empresas] manejaban harta gente,
había gente lomeando, cortando, un solo grupo
tenía que haber 15 o 20, un solo dueño mantenía
2 o 3 grupos de hombres. Tenía exclusivamente
uno o dos cazadores para proveerles todingo
los días carne a su gente. Difícil se podía pillar
animales, por el campamento y el ruido de las
motosierras”. 14
Con la promulgación de la Ley Forestal en 1996
se logró revertir la mayoría de las concesiones,
debido a que la superficie ya formaba parte del
área protegida. Se prohibió el uso de la motosierra
y la tala indiscriminada de árboles. En un
principio, las comunidades indígenas también
protestaron contra la nueva disposición legal y
la relación con el SERNAP se tornó conflictiva;
de un momento a otro llegaron a Pilón Lajas funcionarios
de un Estado ausente hasta el momento.
La presencia estatal significó la prohibición y
limitación en el acceso a los recursos naturales
-especialmente a la madera- a los propios comunarios,
tanto indígenas como campesinos. Este
primer encuentro con el Estado fue asumido
como una agresión, debido a la incongruencia
que significaba para ellos que unos extraños vinieran
a enseñarles “cómo preservar su propio
territorio”. Sin embargo, debido a la persistencia
de las empresas madereras por querer ingresar
nuevamente, luego se dieron cuenta que apoyar
la expulsión de las grandes empresas también
era una oportunidad para proteger su territorio,
pese a que habían perdido una importante
fuente de ingresos económicos. A esta travesía
se sumaron la cooperación internacional y varias
ONG que motivaron a los indígenas a cambiar
de actividad económica mediante proyectos
productivos. Entonces, la retoma del territorio
para los indígenas también coincidió con la primera
etapa de co-gestión con el área protegida, a
través del SERNAP. Esto se tradujo entonces, en
las posibilidades de un mayor control sobre su
territorio y sus recursos naturales, pero al mismo
tiempo esta administración debía ser compartida,
por lo que también significaba un reto
que debían asumir.
“El proceso ha sido una larga historia. Cuando
se creó el área protegida queríamos sacar a
las empresas madereras, no sabíamos cómo, era
muy peligroso, eran empresas con mucha plata.
Tuvimos que hacer un sondeo a las comunidades
que vivían en este territorio y sacar a los
comunarios, a los corregidores de las comunidades
y nos organizamos. Nosotros como guardaparques
junto a los corregidores de las comunidades
hemos entrado para poder dialogar con
ellos”. 15
Con el tiempo, los efectos de la extracción resultaron
negativos para la región. Primero por
la marcada deforestación sobre todo en la parte
que limita la TCO con la carretera y luego por
la disminución de animales en la reserva:
“En ese tiempo cuando había hartas empresas
madereras, han impactado, han hecho carreteras,
[hubo] erosión de las carreteras, un desastre.
Nosotros ejecutamos para que el Ministerio
de Desarrollo Sostenible haga caso, si es una
reserva deberían conservarlo. El impacto más
fuerte era que arrasaban animales. Los herían
por matar, se morían más allá. Han hecho bajar
todos los animales la empresa, por eso hubo resistencia”.
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13 Extraer la madera, cortarla en tabloides y entregarla a los rescatiris o acopiadores de madera. Se caracteriza por ser una
actividad ilegal según la Ley Forestal.
14 Entrevista a Lander, guardaparques.
15 Entrevista a Ermindo Vie, guardaparques.
16 Entrevista a Alejandro Caimani, Presidente de la Junta Escolar, comunidad Asunción del Quiquibey.