Reconfigurando territorios

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FUNDACIÓN TIERRA
de Reconducción Comunitaria no prohíben de
manera expresa la compra-venta de la pequeña
propiedad pero declaran que es un bien indivisible,
lo que supone que no puede ser subdivida
por ninguna causa y menos por motivo de
venta (Art. 41). No obstante podemos interpretar
que la compra-venta es admitida siempre y
cuando se tenga como objeto de la transacción
la propiedad en su totalidad.
Las restricciones para el caso de propiedades
comunales son aún más rígidas pero poco claras
en su aplicación. Tanto la Constitución como
las leyes agrarias (INRA y de Reconducción
Comunitaria) declaran que se trata de bienes
“indivisibles e inalienables”. Estos resguardos
convierten a este tipo de bienes en propiedades
intransferibles; no obstante, las mismas leyes
otorgan la posibilidad de que la distribución y
redistribución para el uso individual-familiar
al interior de comunidad se organice en base a
sus normas propias. Está claro que la imposibilidad
de comprar tierras comunales es aplicable
-de manera inequívoca- para aquellas personas
que no son parte de la comunidad, pero
lo que no queda bien establecido es saber si esta
restricción alcanza a los comunarios que tienen
títulos individuales dentro de la comunidad.
La compra-venta es una acción de traslación
del derecho de propiedad que si bien no está
generalizada, ocurre con frecuencia en muchas
comunidades andinas. En muchos casos estas
ventas son fictas y son utilizadas como un
mecanismo de transferencia que encubre otro
tipo de operaciones (anticipo de legítima, donaciones,
etc.). Es por eso que en muy pocas
ocasiones esas transferencias se respaldan con
toda la “tradición” documental requerida por
la norma civil 9 . La venta de tierras en las comunidades
en la mayoría de los casos se formaliza
con documentos privados escritos por ellos
mismos y que principalmente hacen referencia
a la cantidad de dinero o al bien inmueble que
fue entregado. Estos negocios son realizados
por las personas que ocupan el predio sin que
ello signifique que son los legítimos propietarios.
Esta imposibilidad para la legalización tiene
origen en la misma ley, pues como se dijo los
resguardos normativos hacen que la compraventa
tenga una serie de condiciones que pocas
veces se cumplen.
Más allá de las dificultades normativas en torno
a la compra-venta, este tipo de negocio es
una forma de acceso a la tierra para la mujer
con la particularidad de que ocurre cuando se
ha formalizado la relación marital. La posibilidad
de encontrar casos en los que una mujer
soltera adquiera tierras es muy vaga. Lo que
si es común en este tipo de arreglos es que los
documentos de compra-venta no consignen el
nombre de la esposa o concubina. Esta situación
no es algo que se da a partir de una tradición
en particular sino más bien es una decisión
personal del hombre. Este detalle a la larga es
muy perjudicial para la mujer, sobre todo si la
relación matrimonial se rompe, en ese momento
los derechos de propiedad suelen ser reconocidos
en la comunidad a favor de quién obtuvo
la tierra, basándose en el dato de la firma que
aparece en el documento de compra-venta, por
lo que la posibilidad de la mujer para ejercer el
derecho de propiedad sobre un bien adquirido
en esas circunstancias está sujeta inseparablemente
a la decisión del hombre. Lo incongruente
es que la norma agraria –incluida la Ley de
Reconducción Comunitaria- no prevé mecanismos
que permitan corregir este tipo de situaciones
y sólo se restringe a establecer que serán
las normas consuetudinarias las que regulen y
resguarden estos casos.
2.4 El matrimonio
El matrimonio también es un modo de acceso
9 La doctrina civilista del derecho, establece que la “tradición” es tanto como entrega. Por lo que este concepto se refiere
a las características del traspaso o cesión de un bien. La tradición sobre transferencia de una parcela debe cumplir con
los siguientes aspectos: que sea entregada por el propietario legal, que conste en un documento privado, que cumpla
con los impuestos de ley y que sea debidamente inscrita en la institución correspondiente.