Reconfigurando territorios

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FUNDACIÓN TIERRA
der al derecho de propiedad no necesariamente
se fundan en la norma, se han consolidado a
partir de un proceso dinámico de integralidad
normativa que se nutre de una combinación
permanente y dinámica de diversas visiones
del mundo y de la justicia. Es un juego de encuentros,
influencias y redefiniciones que ocurren
cuando se entretejen distintos órdenes
normativos (Nostas y Sanabria 2009: 9), que ha
permitido crear un sistema de acceso a la tierra
que combina lo formal y lo consuetudinario. En
base a estos criterios, a continuación disgregaremos
cada una de las categorías a fin de visualizar
las posibilidades de la mujer en cada una
de ellas.
2.1 La titulación en comunidades:
Titulación implica el perfeccionamiento del derecho
de propiedad a partir del reconocimiento
del Estado de la pertenencia de la tierra en favor
de una persona (individual o colectiva). Tal
como se detalla en las conclusiones del diagnóstico
sobre tierra y mujer presentado por el
INRA 6 , para la mujer el título de propiedad
sobre la tierra significa:
- “Diversificación de su actividad, incursionando
de manera importante en actividades
de comercio y ganadería.
- Eventual expansión de sus cultivos, lo
que permite ampliar su producción, generando
mayores excedentes para dirigirlos
al mercado, logrando así incrementar
sus ingresos económicos.
- Acceso al crédito, por parte de propietarias
de medianas y empresas (…).
- Se abre la posibilidad de promover y motivar
a la creación de organizaciones y/o
asociaciones productivas.”
La realización de estas expectativas tienen
como condición previa la obtención de un título
de propiedad, el mismo que se adquiere a
través del “Saneamiento de la Propiedad Agraria”
7 , por lo que es necesario revisar cómo opera
esa vía y cuáles son las posibilidades reales
de la mujer en la comunidad.
Para acceder a la titulación, la Ley INRA distinguió
tres categorías de propietarios: titulados,
sub-adquirientes y poseedores. Los primeros
son aquellos que obtuvieron títulos de dotación
o adjudicación durante el proceso de Reforma
Agraria iniciado en 1953. Los sub-adquirientes
son aquellos que obtuvieron la propiedad de la
tierra mediante sucesión hereditaria, compraventa,
donación o cualquier otro negocio jurídico.
Por su parte, los poseedores legales son todas
aquellas personas que sin tener ningún documento
de propiedad ocupan una determinada
porción de tierra de manera pacífica y continua
con anterioridad a 1996. De esa forma, todas las
personas (hombres y mujeres) que pretendan ser
reconocidos como propietarios de tierras deben
acomodarse en alguna de estas categorías para
que su derecho de propiedad sea protegido.
Asimismo, la Ley INRA permite que los interesados
puedan presentarse al saneamiento ya
sea como personas individuales o colectividades.
Esta distinción de derechos individuales y
colectivos se hizo con la intención de crear un
espacio jurídico que permita reconocer los derechos
de personas individuales y sobre todo
de los pueblos indígenas, es así que las propiedades
colectivas se dividen en comunidades
indígena originaria campesinas y Tierras Comunitarias
de Origen (TCO). Por su parte, las
propiedades individuales se dividen en pequeñas
propiedades, medianas y empresas agropecuarias.
Tener presente estos criterios legales referidos
a las tres categorías de propietarios (titulados,
sub-adquirientes y poseedores) y la diferencia
entre tipos de propiedad (colectiva e individual),
es absolutamente necesario para evaluar
6 INRA, La Tierra tiene nombre de mujer, La Paz, 2009.
7 Según dispone la Ley INRA, “el saneamiento es el procedimiento técnico-jurídico transitorio destinado a regularizar y
perfeccionar el derecho de propiedad agraria y se ejecuta de oficio o a pedido de parte. (Art. 64).