Reconfigurando territorios

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FUNDACIÓN TIERRA
Poco después de la aplicación de la LPP, MA-
COJMA se movilizó rápidamente para tomar
ventaja de lo que percibían como una oportunidad
política para acceder a los recursos estatales
y avanzar hacia la autonomía política de
la marka. En las elecciones municipales de 1995,
MACOJMA logró elegir a dos representantes
suyos a través de un partido político -Unidad
Cívica Solidaridad (UCS)- para el Concejo Municipal
de Viacha que de otro modo habría estado
dominado en su totalidad por los mestizos
urbanos. 15 Sin embargo, el Cabildo de MACO-
JMA pronto llegó a la conclusión de que la incorporación
de Jesús de Machaca en el municipio
de Viacha ponía en peligro su autonomía
política y cultural de modo que empezaron a
presionar al gobierno nacional para que se les
otorgue la condición de nuevo municipio para
la marka, que podría responder a una tendencia
mucho mayor de proliferación de nuevos
municipios como efecto de la descentralización
en Bolivia y en toda América Latina (Nickson
1995). Después de siete años de presión casi
continua que incluía cientos de viajes a la sede
de gobierno de todos los Jach’a Mallkus, el 7 de
mayo de 2002, el entonces presidente de Bolivia,
Gonzalo Sánchez de Lozada promulgó la
Ley 2351 que otorgó la condición de municipio
a Jesús de Machaca. 16 La Ley estableció que el
nuevo municipio entraría formalmente en funcionamiento
a partir de la elección del alcalde y
concejales municipales en las elecciones municipales
de diciembre de 2004. Habiendo ganado
la batalla legal por obtener la condición de municipio,
MACOJMA comenzó a prepararse para
las elecciones de 2004. El proceso era complejo
en sí mismo dado que estaban ante el reto de
instituir un gobierno municipal que responda
a la autoridad del Cabildo y del sistema comunal
de gobierno y que al mismo tiempo respete
el estricto marco jurídico boliviano. El esfuerzo
por combinar la orientación política liberal
de la legislación nacional que regula el funcionamiento
de los gobiernos municipales con la
democracia comunal, condujo a un matrimonio
difícil e incierto de estas dos instituciones contradictorias.
Muchos Mallkus temieron desde el
principio que el sistema comunal de gobierno,
que buscaban proteger y fortalecer mediante
el control del poder municipal, fuese minado
precisamente por el nuevo gobierno municipal.
4. El difícil matrimonio entre la democracia
comunal y la democracia liberal
La elección municipal de 2004 representó la
primera oportunidad importante y un nuevo y
difícil desafío en la búsqueda de la creación de
un municipio indígena en Jesús de Machaca. El
Cabildo se reconoció como la instancia de elección
del alcalde y los concejales municipales
mediante un proceso electoral concordante con
las tradiciones del ayllu (usos y costumbres) de
votación pública en distintos niveles territoriales.
Si bien las autoridades del Cabildo reconocían
la necesidad de cumplir con lo establecido
en la Ley, veían a la vez como una mera formalidad
que el Estado pueda conferir legitimidad
al proceso electoral a organizarse desde MA-
COJMA. El Cabildo esperaba que las comunidades
respetaran sus decisiones y no votaran
de forma independiente, posición que luego
fue criticada por algunos residentes urbanos y
calificada como una violación de los derechos
políticos individuales. El Cabildo también estaba
particularmente preocupado por reducir
al mínimo la interferencia de los partidos políticos
en el proceso electoral y, por tanto, en la
gestión y administración del gobierno municipal.
Una nueva ley que se aprobó con tan sólo
cinco meses de anticipación a las elecciones de
2004, permitió a los pueblos indígenas en general
y a las agrupaciones ciudadanas participar
en las elecciones municipales sin ninguna afiliación
política. La nueva Ley llamada Ley de
Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas
(Ley Nº 2771 o Ley ACPI) había sido demanda-
15 Hasta 2004, la ley boliviana exigía que todos los candidatos en las elecciones municipales debían estar afiliados a un
partido político registrado.
16 Para una descripción detallada de las primeras etapas de este proceso, ver Ticona y Albó (1997: 279-312).