Reconfigurando territorios

4. Conflicto por la tierra en comunidades
aymaras, quechuas y chiquitanas en Bolivia
Juan Pablo Chumacero Ruiz
Introducción
En términos generales un conflicto puede ser
entendido como un hecho social donde al menos
dos partes están involucradas y cuyo origen
se halla en las diferencias de intereses o de
posiciones sociales de las mismas. 1 Siguiendo
este concepto, un conflicto por la tierra puede
ser definido como un hecho social en el cual entran
en contradicción los intereses de al menos
dos partes en relación a los derechos de propiedad,
o en su caso, de uso, sobre la tierra. 2 Además,
dada la relevancia de la tierra como factor
de producción y espacio de poder, un conflicto
por este recurso puede agravarse en la medida
en que las posiciones sociales de las partes sean
muy diferentes entre sí.
El tipo de conflicto por la tierra más comúnmente
reconocido y más difícil de resolver
es aquel que involucra y contrapone a ricos
contra pobres, poderosos contra débiles. En
Bolivia, ante una evidente inequitativa distribución
de tierras en el oriente, la amazonía
y El Chaco, los principales conflictos por la
tierra se dan ahora entre hacendados y empatronados,
entre terratenientes y campesinos
sin tierra, entre agroindustriales y colonizadores
e incluso últimamente, entre empresas
petroleras, mineras o forestales y pueblos
indígenas. Son cada vez más recurrentes los
enfrentamientos entre campesinos e indígenas
en algunas regiones del norte de La Paz
y también entre campesinos y cooperativistas
mineros. 3
Sin embargo, los conflictos por la tierra tienen
también otra dimensión, más íntima, menos conocida,
menos difundida en los medios de comunicación,
menos reconocida en los ámbitos
académicos y políticos, que son de por sí, más
urbanos que rurales. Se trata de conflictos por
la tierra dentro de las comunidades indígenas,
originarias y campesinas del país, que se dan
entre vecinos, entre familiares, entre comunidades
y que no por ello, son menos importantes
y relevantes. Por su naturaleza tan variable,
el conflicto por la tierra tiene diversas magnitudes
y niveles, diferentes formas de aparición y
evolución, puede ser analizado desde distintas
perspectivas, e involucra a una gran variedad
de actores. El conflicto no se da sólo entre terratenientes
e indígenas o entre el Estado y los
campesinos; también existe a nivel familiar y
comunal, en centenares de comunidades indígenas
y campesinas de nuestro país, en tierras
altas y en tierras bajas, y afecta de manera determinante
a las personas involucradas en su
relacionamiento con su entorno social y natural,
a sus posibilidades de crecimiento y desarrollo,
a la convivencia pacífica y al bienestar
familiar y comunal en general.
1 Imbusch 1999, citado en Wehrmann, Babette, Land conflicts. A practical guide to dealing with land dispute, Deutsche
Gesellschaft für Technishe Zusammenarbeit (GTZ), Eschboen, Germany, febrero de 2008.
2 Wehrmann, Babette, Land conflicts. A practical guide to dealing with land dispute, Deutsche Gesellschaft für Technishe
Zusammenarbeit (GTZ), Eschboen, Germany, febrero de 2008.
3 Urioste, Miguel, El conflicto por la tierra, artículo de agosto de 2003. www.ftierra.org.