Reconfigurando territorios
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FUNDACIÓN TIERRA<br />
la elite mestiza local que físicamente se había<br />
concentrado en el pueblo de Jesús de Machaca<br />
(Ticona y Albó 1997: 210). Como surgieron<br />
nuevos agentes cantonales, la mayoría de ellos<br />
aymara hablantes, en los principales poblados<br />
los comunarios podían acceder a los servicios<br />
estatales sin necesidad de acudir al pueblo de<br />
Jesús de Machaca, por ello los mestizos perdieron<br />
paulatinamente el control político y administrativo<br />
sobre las comunidades. Este hecho<br />
aceleró la migración de los mestizos y con ello<br />
declinó su poder político y las relaciones de poder<br />
cambiaron a favor de la aplastante mayoría<br />
aymara.<br />
2.2 De los Sindicatos a los Ayllus: La<br />
reconstrucción de la tradición<br />
Aunque después de 1953 los planes de modernización<br />
del Estado debilitaron seriamente las<br />
formas tradicionales de gobierno y organización,<br />
éstas nunca desaparecieron por completo.<br />
Es más, como la fragmentación de las comunidades<br />
rurales y la ruptura del Cabildo alcanzó<br />
su punto máximo a mediados de la década de<br />
1980, un nuevo movimiento a favor de la revalorización<br />
de las identidades indígenas y la<br />
reconstitución de las formas de gobierno tradicionales<br />
de gobierno fue progresivamente ganando<br />
fuerza en Jesús de Machaca y en otras<br />
regiones del altiplano (Andolina 2001; Postero<br />
2007; Rivera Cusicanqui, 2003). Las ideas sobre<br />
las cuales se basó este movimiento se habían<br />
propagado desde finales de 1960 como resultado<br />
de una variedad de influencias externas que<br />
incluyeron a indígenas intelectuales urbanos,<br />
la iglesia católica progresista y algunas ONG.<br />
Hobsbawm y Ranger (1983) utilizan el concepto<br />
de “tradiciones inventadas” para destacar<br />
las formas en que las autoridades coloniales y<br />
otros detentadores del poder han manipulado<br />
e incluso creado “tradiciones” populares como<br />
una estrategia para legitimar su poder. En Jesús<br />
de Machaca y en otras partes del altiplano, la<br />
selectiva recreación de determinados elementos<br />
históricos es más una estrategia de abajo<br />
para arriba que un mecanismo de control de<br />
arriba para abajo, aunque las élites locales indígenas<br />
parecen beneficiarse de manera desproporcionada<br />
de la selectiva recreación de las formas<br />
“tradicionales” de gobierno (ver McNeish<br />
2002). Así, en lugar de utilizar el término “reinvención”<br />
de la tradición que denota técnicas de<br />
manipulación y control de arriba hacia abajo,<br />
aquí seguiremos a Zorne (1997), Moreno y Littrell<br />
(2001), Eisenstadt (1972) y otros estudiosos<br />
quienes en cambio, hablan de “reconstrucción”<br />
de la tradición para llamar la atención sobre la<br />
forma en que los movimientos sociales construyen<br />
tradiciones y memorias del pasado en<br />
un intento estratégico de legitimar los objetivos<br />
políticos contemporáneos. Como McNeish<br />
observó en otra región del altiplano rural boliviano,<br />
“el pasado -o más bien la forma en que<br />
el pasado se entiende y se (re) interpreta en el<br />
presente- es un recurso ideológico y político<br />
clave en las actuales tomas de decisiones de los<br />
movimientos sociales” (2002: 246-247).<br />
Después de la muerte del entonces Presidente,<br />
General René Barrientos, en un accidente aéreo<br />
en 1969, la relación entre los campesinos y el<br />
Estado boliviano -que había sido forjada por<br />
el MNR entre 1952 y 1964 y en adelante por el<br />
pacto militar-campesino- empezó a debilitarse.<br />
Las autoridades comunales y los intelectuales<br />
indígenas empezaron a cuestionar los beneficios<br />
de la modernización y la ciudadanía en<br />
un contexto donde persistía la discriminación<br />
racista y clasista (ver Albó 1987; Rivera Cusicanqui,<br />
2003), y el emergente cuestionamiento<br />
político y cultural aymara poco a poco se fue<br />
solidificando en el movimiento Katarista 12 impulsado<br />
por intelectuales aymaras que luego<br />
tuvo una influencia importante en Jesús de Machaca.<br />
El constante movimiento de ida y vuelta<br />
ciudad-campo contribuyó a la transmisión de<br />
valores y prácticas culturales urbanas hacia las<br />
comunidades de la marka incluyendo la diseminación<br />
de las ideas kataristas que enfatiza-<br />
12 Nombrado en honor al héroe de la insurrección indígena de 1781, Tupac Katari.