Reconfigurando territorios
Descargar - International Land Coalition
Descargar - International Land Coalition
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
RECONFIGURANDO TERRITORIOS 187<br />
ban la importancia de la lengua indígena y las<br />
prácticas culturales, así como la búsqueda del<br />
poder político aymara. Las radios aymaras que<br />
comenzaron a funcionar a finales de 1960 fueron<br />
igualmente influyentes para la difusión de<br />
la nueva corriente cultural aymara al transmitir<br />
radionovelas producidas por intelectuales kataristas<br />
que dramatizaban y revalorizaban la<br />
historia aymara. Una de las radionovelas particularmente<br />
influyentes -que se produjo en 1988<br />
con 120 episodios- se enfocó específicamente en<br />
la historia de Jesús de Machaca. La transmisión<br />
de esta radionovela y el posterior redescubrimiento<br />
de la historia machaqueña, contribuyeron<br />
directamente en el año 1989 a la decisión de<br />
las autoridades de Jesús de Machaca de conmemorar<br />
oficialmente y por primera vez el levantamiento<br />
y la masacre de 1921 (Ticona y Albó<br />
1997: 255-256).<br />
La revalorización progresiva de las prácticas<br />
culturales y comunitarias de Jesús de Machaca<br />
también fue estimulada por la intervención de<br />
la Iglesia Católica progresista. Incluso antes de<br />
la declaración del Concilio Vaticano II en 1968<br />
de “opción preferencial por los pobres”, que<br />
marcó el surgimiento de la teología de la liberación,<br />
algunos sacerdotes que cumplían su misión<br />
evangelizadora en el altiplano ya habían<br />
establecido lo que se conocía informalmente<br />
como la Iglesia aymara que celebraba misas<br />
en este idioma, incorporó la música aymara y<br />
promovió la formación de los catequistas indígenas<br />
en las comunidades. Uno de los promotores<br />
más influyentes de la Iglesia aymara a<br />
finales de los años 1960 fue el sacerdote de Jesús<br />
de Machaca, Adhemar Esquivel, quien posteriormente<br />
se convirtió en obispo del altiplano<br />
en 1969 (Ticona y Albó 1997: 253). Esquivel fue<br />
sustituido por otro sacerdote jesuita particularmente<br />
progresista, conocido como el Padre<br />
“PPH”, quien continuó promoviendo activamente<br />
el idioma y la cultura aymara hasta que<br />
dejó la marka de Jesús de Machaca por razones<br />
de salud a principios de la década de 2000.<br />
Una grave sequía que afectó a gran parte de<br />
Bolivia y la sierra del Perú por dos años consecutivos<br />
(1983-84), fue la razón para que intervinieran<br />
en Jesús de Machaca dos Organizaciones<br />
No Gubernamentales jesuitas, CIPCA<br />
y el Centro de Educación Técnica Humanística<br />
Agropecuaria (CETHA). Ambas explícitamente<br />
promovieron las formas tradicionales de organización<br />
y gobierno como la base institucional<br />
para el desarrollo económico y mejora de los<br />
servicios de salud y educación. La respuesta<br />
inicial de emergencia por la sequía se convirtió<br />
a largo plazo en la estrategia integral de desarrollo<br />
rural de Jesús de Machaca, conocida<br />
como Plan Machaca, que también fomentó las<br />
formas comunales de gobierno y la administración<br />
de recursos.<br />
Sin embargo, a pesar de los objetivos sociales<br />
del Plan Machaca, el trabajo de las distintas<br />
ONG genera incomodidades y tensiones entre<br />
los gérmenes del gobierno tradicional y de<br />
los objetivos de desarrollo, que reaparecieron<br />
junto con los esfuerzos por crear un municipio<br />
indígena. Como Ticona y Albó explican, la<br />
implementación del Plan Machaca requería de<br />
conocimientos técnicos sofisticados y una memoria<br />
institucional de largo plazo pero fueron<br />
minados por la rotación anual de los cargos de<br />
autoridad y el nombramiento de autoridades<br />
por obligación comunal, según establece el thaki<br />
(1997: 274-277). En ese contexto particular, los<br />
técnicos estables de las ONG con conocimientos<br />
y experiencia, poco a poco llegaron a apropiarse<br />
de la toma de decisiones dentro del Plan<br />
Machaca. Aunque en teoría las formas tradicionales<br />
de gobierno y toma de decisiones eran<br />
elogiadas, en la práctica fueron marginadas, lo<br />
que Ströbele-Gregor describió como “el paternalismo<br />
de los bien intencionados seguidores” (1994:<br />
119). Como Ticona y Albó explican, los machaqueños<br />
llegaron a percibir la asistencia técnica<br />
y los créditos otorgados por las ONG “no como<br />
formas de apoyo, sino más bien como mecanismos<br />
de control” (1997: 275). Además, el enfoque moderno<br />
de administración empresarial para el<br />
desarrollo económico promovido por los técnicos<br />
de las ONG fue percibido por muchos comunarios<br />
como un desafío a los principios del<br />
thaki que valoran el servicio a la comunidad y