Reconfigurando territorios

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FUNDACIÓN TIERRA
MACOJMA y no participan permanentemente
en las tareas de dirección junto con sus parejas
masculinas. El papel subordinado de la mujer
en el liderazgo y la toma de decisiones políticas,
en parte tiene su explicación en la sistemática
e histórica discriminación de las niñas
y mujeres de las oportunidades de educación
formal. Esto se refleja en los niveles significativamente
más bajos de alfabetización y acceso a
la educación formal de las mujeres (ver el cuadro
1) y la consecuencia es la poca confianza
que tienen las mujeres en sí mismas para hablar
en público, factor que está reforzado por
las normas de género que de facto internalizan
tal desventaja. A pesar de estas limitaciones en
cuestiones de género dentro del ejercicio de los
cargos de autoridad en Jesús de Machaca, MA-
COJMA cumplió con la ley estatal que exige
que al menos el 30% de sus candidatos a concejales
sean mujeres, al haber nominado a dos
mujeres entre los cinco puestos para concejales.
Pero desde la primera sesión de Concejo
municipal en 2005, las dos concejalas fueron
acompañadas por sus esposos, que muy pronto
acapararon las deliberaciones, práctica que
fue aceptada por el alcalde y los otros concejales
hombres que asistían a las sesiones sin estar
acompañados por sus parejas. Esta dinámica
en parte tiene sus raíces en las actuales normas
culturales machistas, al tiempo que refleja los
bajos niveles de educación formal de las dos
concejalas y su relativa falta de experiencia en
cargos de liderazgo, limitación que explica sus
propias preferencias para que sus esposos participen
en las reuniones del Consejo municipal.
La coincidencia entre la cosmovisión aymara,
las relaciones de género en la práctica y las leyes
estatales que promueven la participación
de la mujer en la política formal, generó una
nueva e imprevista situación de tensión, muy
significativa para el proyecto de “municipio
indígena” donde sobresalen los desafíos por
tratar de combinar los principios aymaras y liberales
dentro de un diseño institucional con
equidad de género.
Si bien el objetivo principal de la lucha por el
poder municipal en Jesús de Machaca fue formar
un municipio indígena, otro objetivo complementario
fue utilizar el poder municipal
para mejorar las condiciones de vida mediante
el fortalecimiento de las economías familiares.
A esto se denominó “municipio productivo”.
Pero al menos en los primeros cuatro años,
las iniciativas no habían ido más allá de una
superficial y optimista retórica de planes de
desarrollo local que contrastaban fuertemente
con las posibilidades reales y la propia posición
de Jesús de Machaca en la dinámica
económica regional y nacional. El alcalde y el
oficial mayor administrativo hablaban con optimismo
acerca de las ideas de crear una “economía
local cerrada”, una especie de versión
municipal de planes de industrialización para
la sustitución de importaciones. Como el alcalde
dijo, “el dinero que entra en Jesús de Machaca
tiene que quedarse aquí. En este momento la mayor
parte del dinero que entra no se gasta a nivel local y
por lo tanto no es compatible con el desarrollo económico
local“ (Entrevista: 15 de noviembre de
2006). La esperanza de Jesús de Machaca para
activar procesos de desarrollo económico incluye
la construcción de una fábrica municipal
de ladrillos tanto para generar fuentes de empleo
como para la producción a bajo costo de
materiales de construcción para la población
local. También está en planes la creación de
asociaciones de productores de lácteos, papa
y quinua para mejorar la producción y comercialización.
Existen otras iniciativas para generar
valor añadido con la producción de yogurt
y la creación de una institución de microfinanza
municipal para capitalizar a las economías
familiares y pequeños negocios. Sin embargo
y a pesar de estas ideas, el 2006 los ingresos
municipales se destinaron a proyectos tradicionales
de pequeñas infraestructuras (escuelas,
puentes peatonales, centros comunitarios)
y a la electrificación rural, asignaciones que
reflejan tanto la orientación de obras visibles
a corto plazo como las demandas comunales
debido a la ausencia de infraestructuras básicas
como caminos y electricidad, siendo esta
última una condición necesaria antes de que
las pequeñas empresas puedan operar en las
comunidades.