Reconfigurando territorios
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RECONFIGURANDO TERRITORIOS 33<br />
las tierras bajas; y por otro, que junto con los<br />
colonos, va de la mano la producción de hoja<br />
de coca y el narcotráfico. Esta última afirmación<br />
estaba fuertemente influida por los organismos<br />
norteamericanos de control de drogas y<br />
sus programas respectivos. No se debe olvidar<br />
que –paradójicamente- parte importante de los<br />
programas de colonización en el Chapare y en<br />
el Oriente en los años sesenta y setenta estuvo<br />
apoyado por USAID y que el saneamiento de<br />
las tierras de los productores de coca en el Chapare<br />
en propiedades individuales también fue<br />
financiado por USAID.<br />
Todo programa de asentamientos humanos es<br />
muy costoso y siempre es necesario el soporte<br />
técnico y material desde el exterior de la colonia.<br />
Gran parte del éxito de los asentamientos<br />
humanos de colonias de Menonitas y de Japoneses<br />
en Santa Cruz, es el permanente apoyo<br />
con recursos provistos por sus gobiernos (en el<br />
caso del Japón) o entes matrices (en el caso de<br />
los Menonitas) de los cuales dependen.<br />
Desde 1996, ningún gobierno se ha aventurado<br />
a aplicar programas de asentamientos humanos<br />
en áreas poco pobladas del país, salvo el gobierno<br />
del presidente Morales que ante las demandas<br />
del Movimiento Sin Tierra (MST) ejecutó un<br />
pequeño programa en la localidad de Pueblos<br />
Unidos en la Chiquitanía, con resultados no<br />
muy alentadores, dado el práctico abandono de<br />
los colonizadores, la ausencia de apoyo estatal<br />
integral y el boicot de la Prefectura opositora de<br />
Santa Cruz. Otro caso es la reciente colonización<br />
en Pando, que por lo que se conoce, no ha dado<br />
resultados muy interesantes debido a lo remoto<br />
de la zona, su casi nulo contacto con otras áreas<br />
en desarrollo, la falta de servicios e infraestructura<br />
básica, difícil acceso a mercados y en general,<br />
la ausencia de condiciones para la generación<br />
de desarrollo en el corto y mediano plazo.<br />
4. Conclusiones y perspectivas<br />
El camino recorrido por la reforma agraria,<br />
desde la aprobación de la Ley INRA en 1996 ha<br />
sigo largo y tortuoso. El saneamiento del derecho<br />
propietario agrario, al ser la tierra la base<br />
estructural de grupos de poder y grupos contestatarios<br />
del poder, no está al margen de los<br />
intereses políticos y de clase que se juegan los<br />
espacios de diseño y aplicación de las políticas<br />
públicas. Durante la primera década, el saneamiento<br />
fue conducido casi siempre por gobiernos<br />
a los que no les interesaba hacer una aplicación<br />
efectiva del proceso y que en todo caso,<br />
limitaron las posibilidades del Estado para lograr<br />
cambiar la estructura agraria vigente. Sólo<br />
facilitaron procesos donde se jugaban otro tipo<br />
de intereses, como por ejemplo el saneamiento<br />
de tierras en el Chapare, requerido por la<br />
cooperación estadounidense como condición<br />
para la producción alternativa y la lucha contra<br />
el narcotráfico; o el caso de las demandas de<br />
saneamiento que vienen de empresas petroleras<br />
que necesitan esclarecer derechos de paso<br />
de sus ductos por medio de áreas fiscales o de<br />
algunas TCO. Lo más evidente sin embargo<br />
fue el retraso del saneamiento en áreas críticas<br />
para el país donde se concentran los principales<br />
conflictos por la tierra, los grandes intereses<br />
de grupos de poder agroempresarial y las más<br />
inequitativas situaciones de acceso a la tierra:<br />
las tierras bajas del oriente boliviano.<br />
La elección de Evo Morales como presidente<br />
del país en 2006 brindó a la reforma agraria un<br />
enfoque más focalizado en lo comunal, con una<br />
voluntad política explícita de revertir latifundios<br />
y distribuir tierras a los pueblos indígena<br />
originario campesinos que las necesitan y requieran,<br />
respondiendo así a una de las principales<br />
demandas de este sector en los últimos<br />
veinte años: una reforma agraria que permita<br />
una nueva estructura de tenencia de la tierra<br />
más equitativa, productiva y sostenible.<br />
Sin embargo, los intereses políticos tampoco<br />
han sido ajenos a la primera gestión del presidente<br />
Morales. Su gobierno, con mayor razón<br />
que los anteriores, ha estado obligado a demostrar<br />
mejores y mayores logros en todo lo que<br />
ha emprendido, porque su compromiso con<br />
la población es mayor e ineludible. Desde esta<br />
perspectiva, no parece casual el interés guber-