25.04.2013 Views

Sexualidad y Política en América Latina - Sexuality Policy Watch

Sexualidad y Política en América Latina - Sexuality Policy Watch

Sexualidad y Política en América Latina - Sexuality Policy Watch

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

iomédico cuestionan la noción que la hembra es la aus<strong>en</strong>cia de aquello que produce<br />

al varón y que el dev<strong>en</strong>ir <strong>en</strong> hembra es un proceso biológico pasivo (para una<br />

revisión de la pluralidad de mecanismos moleculares que median difer<strong>en</strong>ciación<br />

sexual <strong>en</strong> el reino animal consulte Manolakou et al. 2006). Cabe preguntar si es<br />

precisam<strong>en</strong>te por este requiebre ideológico que estos datos moleculares luego de<br />

casi 20 años aún no han alcanzado ningún libro de texto de medicina o biología<br />

molecular. El Comité Olímpico Internacional ha reconocido las limitaciones de<br />

definir sexo de acuerdo a los consabidos cromosomas sexuales y <strong>en</strong> el 1999 eliminó<br />

la confirmación a priori de la id<strong>en</strong>tidad cromosómica de las atletas como requisito<br />

para competir <strong>en</strong> las Olimpiadas (Lins França 2009) 5 . Para la biomedicina sin embargo,<br />

el reconocer la id<strong>en</strong>tidad de varón <strong>en</strong> aus<strong>en</strong>cia del cromosoma Y continúa<br />

si<strong>en</strong>do una herejía ci<strong>en</strong>tífica.<br />

Hay otro dato molecular sobre sexo que no ha recibido la at<strong>en</strong>ción que merece.<br />

Se ha demostrado que existe activación de sobre 50 g<strong>en</strong>es aún antes de que las<br />

gónadas se difer<strong>en</strong>ci<strong>en</strong> <strong>en</strong> testículos u ovarios (Dewing et al. 2003). Es decir, hay<br />

activación g<strong>en</strong>ética sexo-específica aún antes de que se haya iniciado la cascada de<br />

ev<strong>en</strong>tos que permit<strong>en</strong> la difer<strong>en</strong>ciación sexual del cuerpo. Esto demuestra que el<br />

modelo de desarrollo embrionario no puede ser lineal; asumir la secu<strong>en</strong>cia molecular-gonadal-hormonal-anatómica<br />

= sexo es simplem<strong>en</strong>te incorrecto. De hecho, la<br />

biomedicina tampoco logra explicar porqué exist<strong>en</strong> dos factores moleculares determinantes<br />

para la formación de testículo (SRY y ZFY) <strong>en</strong> el hipotálamo y <strong>en</strong> las<br />

cortezas frontal y temporal del cerebro del varón adulto pero no <strong>en</strong> el cerebro de la<br />

hembra adulto (Mayer et al. 1998). Esto implica que las difer<strong>en</strong>cias neuroanatómicas<br />

<strong>en</strong>tre los sexos se manti<strong>en</strong><strong>en</strong> a través de procesos activos durante la adultez y que<br />

estas difer<strong>en</strong>cias no son reman<strong>en</strong>te de procesos de difer<strong>en</strong>ciación ya configurados<br />

durante el periodo intrauterino según asume la biomedicina.<br />

Lo cierto es que la clasificación sexual de acuerdo a cromosomas y la codificación<br />

o no-codificación de l<strong>en</strong>guajes g<strong>en</strong>éticos alternos como variantes sexuales<br />

es altam<strong>en</strong>te cuestionable <strong>en</strong> los albores del siglo XXI. Aquí el simple acto de contar<br />

cobra un valor fundam<strong>en</strong>tal. ¿Qué variantes sexuales cu<strong>en</strong>tan, cómo cu<strong>en</strong>tan,<br />

cuáles no cu<strong>en</strong>tan, y por qué? 6 Estas son interrogantes que urg<strong>en</strong> plantearse desde<br />

5 Refiero al lector a un análisis reci<strong>en</strong>te del caso de la atleta de judo Edinanci Silva <strong>en</strong> los Juegos Panamericanos de Rio<br />

de Janeiro de 2007 (Lins França, 2009).<br />

6 Tomo por ejemplo el caso de la intersexualidad. El estimado de incid<strong>en</strong>cia de Anne Fausto-Sterling de 17 casos por<br />

cada 1,000 nacimi<strong>en</strong>tos fue altam<strong>en</strong>te criticado por Leonard Sax qui<strong>en</strong> provee el estimado de m<strong>en</strong>os de 2 casos por<br />

cada 10,000 nacimi<strong>en</strong>tos (Sax 2002). Esto se debe a que no existe cons<strong>en</strong>so <strong>en</strong> qué variantes sexuales deb<strong>en</strong> incluirse<br />

para estimar la incid<strong>en</strong>cia de la intersexualidad. El Sistema Internacional de Codificación de Enfermedades (ICD por<br />

sus sílabas <strong>en</strong> inglés) clasifica las variantes intersexuales de acuerdo a diversas etiologías biomédicas a pesar de que el<br />

criterio base que justifica su manejo clínico remite a la configuración anatómica de los g<strong>en</strong>itales. Esto significa que las<br />

variantes intersexuales se cu<strong>en</strong>tan de acuerdo a etiología y no a f<strong>en</strong>otipo. De manera que la manera de contar ti<strong>en</strong>e un<br />

impacto directo <strong>en</strong> la percepción social y <strong>en</strong> los derechos de las personas intersexuales y minimiza la responsabilidad<br />

148 Sessão 2 – Ciência e política sexual

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!