Sexualidad y Política en América Latina - Sexuality Policy Watch
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Epílogo: sobre ‘evid<strong>en</strong>cia’<br />
Aunque la construcción de cons<strong>en</strong>sos se suele ver como necesaria para el desarrollo<br />
de políticas globales, dicha construcción suele partir de perspectivas muy<br />
distantes <strong>en</strong>tre los actores, cada uno de los cuales participa <strong>en</strong> los debates con distintos<br />
recursos de poder. Por ejemplo, la autoridad de la epidemiología y la biomedicina<br />
para articular estrategias para el cambio de comportami<strong>en</strong>to relativo al VIH<br />
a mediados de los años och<strong>en</strong>ta no pudo ser cuestionada hasta que sus limitaciones<br />
se hicieron claras (Parker, Easton y Klein, 2000). Pese a este cuestionami<strong>en</strong>to, un<br />
nuevo mom<strong>en</strong>to ha llegado para que un paradigma biomédico adquiera c<strong>en</strong>tralidad<br />
<strong>en</strong> la prev<strong>en</strong>ción. Y aunque ello pueda interpretarse como m<strong>en</strong>oscabo de lo sexual<br />
(si se lee como social) de la epidemia, pres<strong>en</strong>ciamos un proyecto global multiinstitucional<br />
que re-descubre la epidemia <strong>en</strong> ‘HSH’ como c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> la respuesta y, sobre<br />
esa base, legitima un amplio (y aún desord<strong>en</strong>ado) conjunto de interv<strong>en</strong>ciones, <strong>en</strong>tre<br />
las que probablem<strong>en</strong>te se contará la aplicación de nuevas tecnologías biomédicas.<br />
Una inevitable reflexión apunta a la importancia de un trabajo multidisciplinario<br />
armonizado. A pesar de algún progreso observado <strong>en</strong> esta dirección, la experi<strong>en</strong>cia<br />
de cooperación <strong>en</strong>tre campos disciplinarios no ha avanzado mucho, si se excluy<strong>en</strong><br />
esquemas <strong>en</strong> los que se involucra instrum<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te a investigadores sociales<br />
para completar tareas definidas por investigadores biomédicos y epidemiólogos. Los<br />
desacuerdos van bastante más allá de las perspectivas epistemológicas, sin embargo,<br />
puesto que los nuevos actores <strong>en</strong> esta discusión repres<strong>en</strong>tan un conjunto más amplio<br />
de intereses. Por ejemplo, las compañías farmacéuticas se han convertido <strong>en</strong> actores<br />
poderosos <strong>en</strong> la prev<strong>en</strong>ción de con la construcción del campo de la “prev<strong>en</strong>ción biomédica”<br />
(Ros<strong>en</strong>gart<strong>en</strong>, <strong>en</strong> pr<strong>en</strong>sa). Pero también otros actores (por ejemplo, los grupos<br />
académicos, las ag<strong>en</strong>cias de cooperación para el desarrollo, las organizaciones activistas<br />
y otras) ti<strong>en</strong><strong>en</strong> intereses diversos <strong>en</strong> juego, más allá de las posiciones epistemológicas.<br />
Otro señalami<strong>en</strong>to necesario corresponde a lo que aceptamos como ‘evid<strong>en</strong>cia’.<br />
En reci<strong>en</strong>tes publicaciones (Auerbach et al. 2009, Gupta et al. 2008)<br />
hemos discutido las limitaciones del paradigma de los <strong>en</strong>sayos clínicos aleatorizados<br />
como ‘estándar dorado’ <strong>en</strong>tre las fu<strong>en</strong>tes de evid<strong>en</strong>cia ci<strong>en</strong>tífica, limitaciones<br />
que se hac<strong>en</strong> insuperables cuando se trata de evaluar la efectividad de acciones<br />
<strong>en</strong> el ámbito delo estructural. Esto se debe a que los <strong>en</strong>sayos clínicos ‘controlan’<br />
los factores ‘externos’ (v.g. sociales) que confund<strong>en</strong> u oscurec<strong>en</strong> los efectos individuales,<br />
los únicos que (de forma agregada) importan como fu<strong>en</strong>te de evid<strong>en</strong>cia;<br />
sin embargo, las interv<strong>en</strong>ciones estructurales repres<strong>en</strong>tan acciones sobre esos<br />
mismos factores externos, de modo que hablar de su ‘control’ (estadístico) está<br />
fuera de lugar (Auerbach et al., <strong>en</strong> pr<strong>en</strong>sa). Mi<strong>en</strong>tras el paradigma de ‘evid<strong>en</strong>cia<br />
dura’ implique un <strong>en</strong>sayo clínico, <strong>en</strong>tonces las propuestas de acción estructural<br />
seguirán viéndose como plausibles pero sin evid<strong>en</strong>cia de soporte, y el camino<br />
Transformaciones <strong>en</strong> el discurso sobre la epidemia al VIH como una epidemia sexuada – Carlos Cáceres<br />
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