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Danza - Tebaev

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La danza presenta la peculiaridad intrínseca de ser un arte intangible y fugaz,<br />

que se funde en los cuerpos de quienes la realizan y perece al concluir el<br />

movimiento. En consecuencia, su representación fue incompleta y estática<br />

prácticamente a lo largo de toda la historia hasta que las técnicas<br />

cinematográficas permitieron reproducir la imagen en movimiento.<br />

El estudio de los modos culturales que manifiestan las tribus primitivas que<br />

aún sobreviven permite suponer con fundamento que la danza, entendida como<br />

movimiento rítmico del cuerpo, con acompañamiento sonoro o sin él, comenzó a<br />

configurarse en torno al sonido que producían los pies de los danzantes,<br />

quienes, en su expresión corporal, individual o colectiva, prestaron cada vez<br />

mayor atención a lo que habría de convertirse en la esencia de la danza: el<br />

ritmo. El acompasamiento de gestos y movimientos se vería sucesivamente<br />

reforzado por el batir de palmas, la percusión y, más tarde, la instrumentación.<br />

Según las especulaciones antropológicas, las primeras danzas humanas eran<br />

individuales y se relacionaban con el cortejo amoroso. Las colectivas<br />

aparecieron también en el origen de la civilización y su función, utilitaria y<br />

evocadora dentro de un contexto religioso, se asociaba a la adoración de las<br />

fuerzas superiores o de los espíritus para conseguir el éxito en expediciones<br />

guerreras o de caza, o para solicitar la bonanza o la lluvia. Las danzas para<br />

invocar las lluvias persistieron durante siglos en algunos lugares, y la creencia<br />

en el hacedor de lluvia permaneció viva en el acervo cultural de los indios de<br />

Norteamérica. La danza primitiva encerraba, pues, un valor simbólico y, en ella,<br />

los danzantes no representaban a personas concretas, sino que encarnaban a<br />

un espíritu, a un poder superior que se expresaba a través de quien bailaba. En<br />

tales danzas tribales, todos los danzantes eran actores y desempeñaban un<br />

papel en el conjunto.<br />

Se diferenciaban así los papeles principales, los del coro o los que<br />

acompasaban el ritmo con instrumentos o con las manos. Se trataba de una<br />

ceremonia ritual colectiva en la que todo ritmos, pasos, máscaras, vestidos<br />

obedecía a una pauta definitiva. En este contexto han de situarse, como<br />

expresión máxima de la catarsis de la danza, las manifestaciones de cultos<br />

animistas como el vudú o la macumba, que perduran aún en Haití y Brasil<br />

respectivamente.<br />

La introducción en el conocimiento humano de la sensibilidad artística<br />

determinó la configuración de la danza como manifestación estética. En la<br />

antigua Grecia, la musa de este arte, Terpsícore, inspiraba a los danzantes y les<br />

confería gracilidad y agilidad, rasgos éstos que se acentuarían a lo largo la<br />

historia para culminar en la que tal vez sea la más exquisita de las<br />

manifestaciones de la danza, el ballet. En otros términos, la evolución del baile<br />

determinó la aparición de estilos cortesanos y palaciegos, y, en especial, de<br />

expresiones de danza popular que constituyen la raíz de la tradición y del<br />

folclor.<br />

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