Danza - Tebaev
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las estaciones del año o con ciertas actividades laborales casi siempre de<br />
ámbito agrario. Por su parte, las clases aristocráticas contribuyeron a la<br />
consolidación de unos modelos de danza elitista y elegante, que se practicaba<br />
exclusivamente en salones palaciegos y nobiliarios, o en zonas ajardinadas<br />
anexas a dichos espacios lúdicos, sólo accesibles a las clases altas de la<br />
sociedad.<br />
Se trata, en definitiva, de dos comportamientos sociales definidos, de dos<br />
formas distintas de entender la diversión y el espectáculo, cuya vigencia dura<br />
hasta nuestros días, respectivamente, en las danzas folclóricas y populares,<br />
cargadas de vitalidad y dinamismo (cueca, samba, merengue, tarantella, baile<br />
flamenco...) y en los bailes de salón (pavana, minueto, vals, polonesa...), los<br />
cuales, en cierta medida, se han popularizado y difundido en los últimos<br />
tiempos conforme la aristocracia se ha ido despojando de su tradicional<br />
carácter clasista.<br />
La preeminencia secular que había ejercido Europa en cuanto a gustos y estilos<br />
de danza se refiere comenzó a declinar en el siglo XX en beneficio de un nuevo<br />
foco cultural y artístico, los Estados Unidos, indiscutible origen de la mayoría<br />
de los ritmos y los bailes contemporáneos (fox−trot, charlestón, blues...), en los<br />
que la juventud ha cobrado un protagonismo fundamental conforme a su<br />
creciente papel social y cuya difusión se debe en gran parte al desarrollo de<br />
nuevos medios de comunicación de masas como la radio, el cine o la televisión.<br />
Así mismo hay que reseñar otra novedad de importancia aportada por el siglo<br />
XX, la proliferación de nuevos espacios destinados a la práctica de la danza, ya<br />
fuera como diversión o como espectáculo teatral. Esto es, los tradicionales<br />
espacios urbanos abiertos o los salones aristocráticos han perdido buena parte<br />
de su pujanza en beneficio de otros espacios de entretenimiento, como el<br />
cabaret o el music−hall, o de distintos ámbitos expresivos. Tal es el caso de la<br />
cinematografía, uno de cuyos géneros, el musical, ha permitido en buena<br />
medida el conocimiento generalizado de un mundo como la danza, y sobre todo<br />
la danza clásica, e incluso ha dado origen a innovadoras coreografías y lanzado<br />
al estrellato a virtuosos bailarines, entre ellos Fred Astaire o Gene Kelly.<br />
Si las épocas medieval y moderna permitieron, al menos en occidente, la<br />
estructuración y especialización de la danza atendiendo a las diferenciaciones<br />
sociales y a su distinta concepción como diversión y espectáculo, los siglos XIX<br />
y XX además de acrecentar con originalidad y variedad los tipos de baile y<br />
danza, contribuyeron a la consolidación de ésta como una de las<br />
manifestaciones más importantes en la evolución de la música clásica<br />
contemporánea.<br />
Hasta la edad media la música apropiada para la danza y el baile había sido<br />
compuesta por individuos o colectivos anónimos y había ido transformándose<br />
de acuerdo a los diferentes gustos estéticos de las épocas y conforme se<br />
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