ebook (.pdf) - Guillermo Imsteyf

Recommendations

Info

– Interpreté tu necesidad, Cúneo. Elsa es la persona adecuada para guiar tu interés. Estás siendo terriblemente descortés. Acto seguido, por sobre su cabeza, extendió un perentorio ademán de adiós y desapareció. Cúneo ya no lo vio, pues no veía más que el ardiente temblor con que el odio aturde del mismo amargo rojo cada objeto del mundo delante. 156
LA SECRETARIA APESTABA A CARMÍN. Cada cinco minutos haría su escapada al baño para retocarse. Se cruzaron en el acceso y se saludaron con frialdad. Ella salía y Cúneo entraba. Arizmendi estaba medio paso fuera de su despacho; no lo vio y regresó a buscar alguna cosa. Cúneo se sentó en su escritorio, ese lugar que le era más familiar que algunos rincones de su propia casa. Enderezó el vaso con broches y bolígrafos y encendió la computadora. Corrigió el exordio en el que había estado trabajando durante el fin de semana, añadió algunos comentarios sobre la visita al pabellón e imprimió unas hojas. Halló en el directorio un sinnúmero de archivos, algunos pertenecientes a la causa Ballesteros, entre ellos la carta para la frustrada conciliación. Pensó si debía borrarla. Decidió conservar la copia y apagó el sistema. El monitor, ojo dueño del mueble, parpadeó desde la esquina y se sumió en la más chata oscuridad, delatando las huellas digitales sobre el cristal. La oficina vivía un momento de paz inusual. Era mediodía y la mayoría de los empleados había bajado a almorzar. Unos pocos desgarraban un sándwich en sus escritorios y bebían gaseosa con pajita mientras tecleaban en sus máquinas o hacían tronar los ganchos de los biblioratos. Cúneo había comido antes de salir del departamento y sufría una creciente modorra. Procuró despabilarse agitando su cabeza y refregándose los párpados cuando vio a su jefe salir nuevamente del despacho. Se detuvo para cerrar la puerta con llave y se encaminó hacia la salida. Lo saludó a la pasada y desapareció. Cúneo supuso que volvería, pues aún no le había hecho ninguna pregunta acerca de la visita del día anterior. Por aquella misma puerta, segundos después, Silva regresó meneándose junto a su maletín. Llevaba la minifalda de costumbre ahogada en el cinto de hilo trenzado. Quizás por notar que un rollo de grasa se esforzaba por respirar debajo de su blusa, Cúneo la vio más gorda. No venía fumando pero al colocarse a su lado inició el ritual. La piedra del chispero se crispó y el humo del tabaco negro lo estremeció de un cachetazo. Era imposible no saber que estaba con las nalgas apoyadas en la cornisa del escritorio contiguo, sin embargo Cúneo le prestó una famélica atención. Disfrutaba de la acre indignación que debía tener ella por no haberla aguardado para la visita a Coninea. Se había largado a imaginar todas las manifestaciones posibles del odio que debía hincharle las venas desde el momento en que regresó al despacho y no lo vio, inhabilitada ya para apresurarse y alcanzarlo. 157 2
Page 2 and 3:
El poema que no digo, el que no mer
Page 4 and 5:
no sólo el indolente brillo profus
Page 6 and 7:
y retornar la persiana para compren
Page 8 and 9:
CUANDO ELLA DICE, entre todo lo que
Page 10 and 11:
UNA MELODÍA DISPERSA ocupa el luga
Page 12 and 13:
académico, cuestión ventajosa sob
Page 14 and 15:
LAS PALABRAS DE LAURA se derraman e
Page 16 and 17:
LAS VERDURAS REBALSAN LA BACHA, no
Page 18 and 19:
ELLA ESPERÓ, reprochándose justam
Page 20 and 21:
juventud tardía, como si toda su v
Page 22 and 23:
El sol se había ubicado a la altur
Page 24 and 25:
que luego adoptó. A la cabecera de
Page 26 and 27:
LO LLAMAN TOCÁNDOLE EL ANTEBRAZO.
Page 28 and 29:
EL LUNES SURGE DE LAS CENIZAS de ot
Page 30 and 31:
emprender simultáneamente la búsq
Page 32 and 33:
AJJ. SAL. SARDINA. Entra sardina. S
Page 34 and 35:
efugia en una serie de impulsos mat
Page 36 and 37:
Pausa. Primero pausa para oír mejo
Page 38 and 39:
Cúneo apilaba papeles sin mirarlo
Page 40 and 41:
- Bien, algo menos. - suspiró mien
Page 42 and 43:
junta ante los jefes consideraba me
Page 44 and 45:
Cúneo volvió con sus ojos al inte
Page 46 and 47:
Silva ya tenía el dedo en el botó
Page 48 and 49:
tema climático ocupó la escena. E
Page 50 and 51:
VIVIÓ, REPETIDA POR DOS, LA MISMA
Page 52 and 53:
EL LUSTROSO LLAMADOR da impacto y d
Page 54 and 55:
desnutriciones y abandonos, aquella
Page 56 and 57:
parecía estar sola. Cúneo vio a G
Page 58 and 59:
NADIE RESPONDIÓ a su balbuciente l
Page 60 and 61:
cara de la mujer con la que estoy.
Page 62 and 63:
- No voy a pasarte el peine, pero t
Page 64 and 65:
Giovanna emergió del habitáculo c
Page 66 and 67:
lengua. Y recuerdo el regreso en el
Page 68 and 69:
olvidaba. Pero ese volver a salirse
Page 70 and 71:
pequeña docente estaba a punto de
Page 72 and 73:
LA NENA TOMÓ EL ABRIGO de los braz
Page 74 and 75:
aparición de Cúneo, su futuro mar
Page 76 and 77:
HAY UN POLICÍA SIN GORRA, con jarr
Page 78 and 79:
de la parra un orificio para huir h
Page 80 and 81:
- Pero tu padre los abandonó a vos
Page 82 and 83:
Que no resignarse, pero el mensaje
Page 84 and 85:
- ¡Pero quién es ese viejo pelado
Page 86 and 87:
correspondía juzgar. Cumplió, cla
Page 88 and 89:
CÚNEO SACUDE LA MANO y también un
Page 90 and 91:
- ¿Al diario? Pero este es el de h
Page 92 and 93:
EL PERIÓDICO CAYÓ AL BARRO. Cúne
Page 94 and 95:
MARTINA LEVANTA SU CUERPO, pero nun
Page 96 and 97:
emate de un chiste siempre distinto
Page 98 and 99:
- TE QUEDÁS QUIETITA, MI AMOR. - S
Page 100 and 101:
- Por las dudas. - Podríamos fabri
Page 102 and 103:
en vez de, la seño mira, una A, no
Page 104 and 105:
- ¿ESTÁS LISTA, HIJA? Martina min
Page 106 and 107:
solo tirón. A ellas y a ellos les
Page 108 and 109: pues ya no existía cosa que pudier
Page 110 and 111: muñecas. Supo esa misma tarde que
Page 112 and 113: - Supongo que la nena tiene menos d
Page 114 and 115: Martina, sin responder, encendió l
Page 116 and 117: Hay una noche de la que Cúneo a ve
Page 118 and 119: distintos. A Cúneo empezó a produ
Page 120 and 121: LAURA VUELVE A INSISTIR. Al menos e
Page 122 and 123: EL ORDEN GENERAL DE LA HABITACIÓN
Page 124 and 125: A inferir por la posición del señ
Page 126 and 127: construcción del mercado materio-a
Page 128 and 129: cuerpos abandonan las cajas palabra
Page 130 and 131: Keys, el boliche incendiado, y esa
Page 132 and 133: - Pues bien, vea usted, doctor. Uni
Page 134 and 135: palabras - Que es un pobre tipo. Di
Page 136 and 137: EL MURMULLO DE LAS OFICINAS le crec
Page 138 and 139: BAJO EL ARCO DE ENTRADA, dos pasos
Page 140 and 141: Esos dos no tenían que dar explica
Page 142 and 143: Cúneo se rió. Aquello era una pay
Page 144 and 145: - Quizá con máscaras de filtro se
Page 146 and 147: EL ATELIER DE CLAUDIO era una caja
Page 148 and 149: Pero en aquella oportunidad, habrá
Page 150 and 151: era con eso el flaco no podría pag
Page 152 and 153: lo descubra mirándola. Es castaña
Page 154 and 155: CÚNEO LAMENTA haber ido sin su mal
Page 156 and 157: en reversa, con los brazos en los b
Page 160 and 161: Silva mantuvo su silencio. Pitó co
Page 162 and 163: - Es una moraleja pintoresca, pero
Page 164 and 165: SILVA TOMÓ SU MALETÍN y de un sal
Page 166 and 167: Silva pitó su cigarrillo mientras
Page 168 and 169: AL ABANDONAR EL EDIFICIO, Cúneo ad
Page 170 and 171: vagón de ciegos, los ojos sin vigo
Page 172 and 173: La muchacha de la bandeja corta la
Page 174 and 175: de su frecuencia cardiaca. En ese a
Page 176 and 177: - Te lo dije, es bueno. - señaló
Page 178 and 179: que seguían provocándole. No deam
Page 180 and 181: LAS AGUAS GOLPEAN contra el murall
Page 182 and 183: - Un bufete muy prestigioso. - dijo
Page 184 and 185: - Si para mí es lo mismo o no, pas
Page 186 and 187: violentamente una mano en el aire.
Page 188 and 189: DENTRO DE SU COMEDOR, Cúneo se rec
Page 190 and 191: consultara con Arizmendi pero lo su
Page 192 and 193: hermanito. Rico dejó el mate de la
Page 194 and 195: EN EL CAMINO HACIA EL JARDÍN DE IN
Page 196 and 197: - Me pediste que te lo dijera: van
Page 198 and 199: CORRIÓ EL AUTO hasta la próxima e
Page 200 and 201: cristal. La pausa no había durado
Page 202 and 203: LAURA QUITÓ EL CERROJO y antes de
Page 204 and 205: acertarle a la cerradura, pues el p
Page 206: ‘Hombre detrás del espejo’ Úl
show all

ebook (.pdf) - Guillermo Imsteyf

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

Delete template?

Save as template?