10.05.2013 Views

ebook (.pdf) - Guillermo Imsteyf

ebook (.pdf) - Guillermo Imsteyf

ebook (.pdf) - Guillermo Imsteyf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

- Las palabras que te obligás a decir - la voz murió de repente. Renació luego de<br />

un duelo de exhalaciones de invierno. – y que no son tuyas. Pero de pronto me decís<br />

que sí y te venís conmigo. Esos oscuros delirios te salvan ¿me entendés? Tu<br />

presencia ceremonial, tu mano antes que el beso. Pero después ves la gota y algo<br />

cambia. Y te salvás.<br />

Cúneo acabó su mirada en una niña de cachetes colorados y henchidos que<br />

continuaba en el piso, rodeada de sangre. Los pechitos, los más pequeños del<br />

mundo. Los ojos marrones, dos cuevas que no podían vivir en esa penumbra.<br />

- Y te llevás la gota. Y la colgás en el centro para descifrarte. Y me preguntás si<br />

es posible que un espejo… si es posible ser el hombre que está detrás del espejo.<br />

Ella habló pero él sabía que ya era tarde. Se arrastró con las piernas rotas hacia<br />

el sillón que estaba frente a la gota. Alcanzó la pata y la echó hacia adelante de un<br />

manotazo.<br />

Si sólo recordaba lo que pudo contemplar a través de las ventanas que abren su<br />

oscuro mundo, si sus recuerdos se condecían con la presencia de espejos ¿cómo era<br />

posible que recordara con exactitud a la mujer que se ahoga en el mar de arcilla, si<br />

aquello había sido tan sólo un sueño?<br />

Se llamó estúpido, la respuesta había estado siempre ahí.<br />

Si la uña de agua determinara soltar la punta del junco ¿cuál sería su destino?.<br />

La madera del sillón se hizo más pesada que nunca, pero el mueble se retiró al<br />

fin después de chillar. La esquina entre el piso y la pared, justo debajo del cuadro,<br />

estaba mojada. Una aureola de agua ennegrecía las tablas del parqué.<br />

Giró para ver a la maestra y cantarle la victoria de su descubrimiento, pero se<br />

dio contra un cristal vacío que le acható la nariz. Quiso encontrarle el borde y<br />

asomarse por un hueco para gritar, pero no logró otra cosa que soldarse a sus huesos<br />

y a sus carnes cansadas, no pudo otra cosa que sentirse atrapado en una caja desde<br />

donde, sin embargo, pudo ver claramente a Laura recomponerse, limpiar las cosas<br />

del piso, saludar a los fantasmas y cerrar la puerta.<br />

203

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!