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XXIV Y XXV JORNADAS DE TEATRO DEL SIGLO DE ORO In ...

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La lucha con espada y la palabra<br />

acciones continuas en el tiempo, que también pertenecen a aquel adversario al<br />

que van dirigidas, lo que invita a afirmar que el combate es acción compartida<br />

en donde siempre influye en uno lo que hace el otro; y en el código teatral más<br />

todavía.<br />

La escena de combate participa activamente de la cadencia general de la obra<br />

aportando elementos rítmicos importantes que no debemos menospreciar: hay que<br />

observarla en su particularidad y en el conjunto de la puesta en escena. El enfrentamiento<br />

en escena no tiene por qué desarrollarse siempre al tempo-ritmo general:<br />

se puede alterar, buscar pausas, ralentizar, acelerar,… Debemos cuidar lo que dicen<br />

los personajes, dejando lugar a lo específicamente sonoro que se produce en el<br />

encuentro: batir de armas, exclamaciones, tendiendo especial cuidado en lo que el<br />

espectador debe oír.<br />

Igualmente en la construcción del ritmo tienen importancia suprema las pausas.<br />

Su valor y grado radica en la contribución al ritmo general, y habrán de justificarse<br />

con la necesaria respiración de los actores. Un actor que no respira en la lucha y<br />

que no deja libre su voz no ha acabado de cerrar una escena de esgrima. Las pausas<br />

contribuyen a crear tensión y expectación, y los combatientes pueden/deben parar<br />

a tomar aire, a coger impulso, observar el espacio total del encuentro (mirada periférica),…<br />

elementos importantes para el sentido espectacular del enfrentamiento,<br />

pudiendo convertir un altercado correcto y técnicamente bien ejecutado en un<br />

combate espectacular.<br />

Luchar con la espada implica, necesariamente, que al menos uno de los que<br />

luchan es noble o pertenece a la clase de los que empuñan esta arma, que es<br />

normalmente el arma con la que se baten los caballeros, galanes, reyes,… También<br />

aparece la daga, a veces sola, a veces colmando el juego de la espada. En<br />

alguna ocasión junto a la espada, indica el autor que se porta escudo, broquel<br />

o rodela; a veces capa. No es frecuente el arma de fuego (pistola en La vida es<br />

sueño y arcabuz en El caballero de Olmedo); otras no habituales son la ballesta,<br />

la honda, lanzones, chuzos, palos en Fuenteovejuna; espadas negras (las que se<br />

utilizan para entrenamiento, con protección en la punta de la hoja, aparecen<br />

en Las mocedades del Cid, siendo un maestro de esgrima el que entrena al príncipe<br />

don Sancho; igualmente el rey don Pedro las pedirá en El rey don Pedro en<br />

Madrid). Un bastón utilizará Ruy Velásquez para golpear a su sobrino Gonzalo y<br />

lanza y adarga utilizará Mudarra contra su tío Ruy Velásquez en El bastardo Mudarra.<br />

Una cadena utiliza Enrico (El condenado por desconfiado) como arma contra<br />

sus carceleros, y un puñal será el arma con la que García acaba con Mendo en<br />

Del rey abajo, ninguno. Don Gutierre utilizará un segur, hacha de doble filo para<br />

combatir contra los moros (Desta agua no beberé), y en Fuenteovejuna, cuando<br />

Jacinta le pregunta a Mengo si tiene armas, este responde:<br />

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