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XXIV Y XXV JORNADAS DE TEATRO DEL SIGLO DE ORO In ...

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Juan Matas Caballero<br />

En líneas generales, podría aventurar que Cueva nos presenta a un príncipe<br />

que ha llevado a sus últimas consecuencias las recomendaciones maquiavélicas en<br />

el ejercicio del gobierno, y el resultado ha sido la presentación del Príncipe tirano, un<br />

déspota cruel y sanguinario, un verdadero psicópata que comete todo tipo de tropelías,<br />

crímenes y atropellos contra todo lo divino y humano, un sátrapa que sólo<br />

podía acabar ajusticiado. El tratamiento del poder que, en líneas generales, Cueva<br />

ofrece en sus dos piezas homónimas, aunque especialmente en la tragedia, que es<br />

donde se desarrolla el ejercicio “político” del Príncipe Licímaco, lo sitúa entre los<br />

partidarios del antimaquiavelismo, 3 que postulaban una forma de gobierno en la<br />

que el interés de la res publica estuviera por encima de cualquier otra consideración,<br />

un ejercicio del poder que no sólo no fuera ajeno a los principios de la virtud y<br />

la moral, sino que incluso estuviera regido e inspirado por ellos, pues la tarea de<br />

gobierno no podía ser independiente de la providencia.<br />

MAQUIAVELISMO EN EL PRÍNCIPE TIRANO<br />

Más allá de la fortuita o voluntaria (y, en este caso, con clara voluntad crítica)<br />

coincidencia del título de las dos piezas teatrales del sevillano con el del tratado del<br />

florentino, se pueden señalar algunas semejanzas ideológicas o argumentales entre<br />

ambas obras que evidenciarían la utilización que Cueva hizo de El Príncipe y de su<br />

reacción antimaquiavélica para la construcción de su pieza teatral.<br />

El arte del disimulo<br />

En el tratado XVIII de El Príncipe, titulado “Fidelidad del príncipe a la palabra<br />

dada”, Maquiavelo sostiene que el seguimiento de la virtud sería lo ideal para el<br />

buen príncipe, pero, dada la malvada condición del hombre, le es lícito actuar de<br />

forma perversa. Así, por ejemplo, al príncipe le puede ser lícito no respetar su palabra<br />

dada y actuar con astucia y engaño:<br />

de Maquiavelo en el <strong>In</strong>dex librorum prohibitorum de Paulo IV, “se empieza a desarrollar<br />

un antimaquiavelismo entre nosotros”, que fue muy generalizado en los últimos años del<br />

XVI. Véase J.A. Maravall, “Maquiavelo y maquiavelismo en España” (1972), reimpreso en<br />

Estudios de historia del pensamiento español, Serie Tercera. El Siglo del Barroco, Madrid,<br />

Ediciones Cultura Hispánica, 19842 , pp. 39-72, cita en p. 65.<br />

3 En este sentido, R. Froldi había señalado que el tema de la tiranía y el justo castigo al tirano,<br />

que tanto recrea Juan de la Cueva en su teatro, tiene un origen doctrinal y culto relacionado<br />

con el debate contemporáneo sobre el maquiavelismo y, en particular, con el antimaquiavelismo;<br />

“Reconsiderando el teatro de Juan de la Cueva”, en F.B. Pedraza y R. González Cañal<br />

(eds.), El teatro en tiempos de Felipe II, Actas de las XXI Jornadas de teatro clásico, Almagro,<br />

7, 8 y 9 de julio de 1998, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 1999, p. 23.<br />

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