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XXIV Y XXV JORNADAS DE TEATRO DEL SIGLO DE ORO In ...

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Clásicos Cara al sol, I<br />

camaradas representen “sin ayuda económica” a Lope, a Tirso, a Cervantes y a Calderón.<br />

Ahora bien, se entiende que, pese a todo, ese teatro ha de buscar su medio<br />

natural en la universidad:<br />

No nos parece mal […] que nuestro teatro descienda a la plazuela y levante<br />

retablos de maravilla ante la expectación ingenua de las clases populares. Lo que<br />

sentimos es la inutilidad del esfuerzo y el menguado resultado de la empresa,<br />

apuntando lo necesitados que estamos de esa clase de representaciones para la<br />

juventud universitaria [A.E.A., 1939: 68].<br />

El repertorio del primer TEU era muy “barraquiano”. Se combinaban comedias<br />

y entremeses, y se prestaba menos atención a los autos: La mujer por<br />

fuerza y El burlador de Sevilla, de Tirso; El santo rey don Fernando, de Calderón;<br />

los Pasos, de Lope de Rueda; entremeses de Cervantes, alguno de Quiñones<br />

de Benavente (Los sacristanes burlados) y un espectáculo, Vida del estudiante español<br />

en el teatro, formado a base del paso de La cazuela, de Rueda; La cueva<br />

de Salamanca, de Cervantes, y El maestro de rondar, de Ramón de la Cruz. La<br />

proyección natural de este teatro era rural más que urbana. Higueras reivindica<br />

el nombre de Rueda, al igual que el de los cómicos de la legua, por su deseo de<br />

“acercarse nuevamente a las gentes, de montar su tablado en las plazas de los<br />

pueblos españoles para hacer presente la fuerza de nuestra dramática” frente a<br />

“las comedias teatraleras y vulgares que en gran mayoría se nos ofrecen en la<br />

ciudad” [Higueras, 1944: 38].<br />

Federico Sopeña se hacía eco de los primeros éxitos del TEU, como el montaje<br />

que de Peribáñez hicieron en 1940, justamente ante el primer aniversario de la victoria<br />

franquista: “Sin descorrerse las cortinas ante los aplausos con la ejemplaridad<br />

del cumplimiento de un deber, el teatro vibró al conjuro del esta buena contribución<br />

del SEU a nuestras fiestas de la Victoria” [Sopeña, 1940].<br />

La línea del TEU es la que marca, en la opinión de los falangistas, un modo de<br />

hacer teatro opuesto al del teatro comercial, respecto del cual se convierte en una<br />

suerte de desinfectante 15 . El papel que en ese proceso de desinfección desempeñan<br />

los clásicos debía ser de primer orden [Tébar, 1939]. Para ello proponen ampliar<br />

el repertorio. Al comentar la puesta en escena de Las bizarrías de Belisa por Felipe<br />

Lluch, desde las páginas de Haz se alaba el revival de los clásicos pero se aboga por<br />

que no se reiteren siempre los mismos nombres –Lope, Calderón– y se atienda<br />

15 “Mientras el teatro comercial español sigue efectuando con todos los medios de que está dotado<br />

una labor de infección, deplorable desde un punto de vista nacional, el TEU (secciones<br />

provinciales de Zaragoza y Valencia) desinfecta con su brío y con sus escasos medios, poniendo<br />

en escena Las mocedades del Cid, los lugares donde actúa” [Anónimo, 1940b: 13].<br />

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