10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

fin de semana para estar juntos. ¡Bien!<br />

Cuando regreso al dormitorio envuelta en una esponjosa toalla color hueso que<br />

huele de maravilla, miro mi mesilla.<br />

—¡Maquinote! <strong>Lo</strong> que disfruté contigo anoche.<br />

Me río divertida.<br />

Sobre unos pañuelos de papel, está el vibrador con forma de pintalabios que utilicé<br />

anoche para relajarme. El regalito de Eric. <strong>Lo</strong> cojo entre mis manos y suspiro mientras<br />

recuerdo la explosión de placer que sentí cuando jugaba con él.<br />

Feliz de buena mañana, cojo el vibrador y regreso al baño. <strong>Lo</strong> lavo y finalmente lo<br />

meto en mi bolso. Ya no se me olvida. El maquinote y yo, juntos hasta la muerte. Abro la<br />

maleta y saco unas bragas. Me las pongo y pienso que tengo que pedirle a Eric las que me<br />

quitó o me quedaré sin suministros. Mi enfado ha desaparecido. Estoy segura de que el de<br />

él también y que tendremos un maravilloso día por delante.<br />

Miro el armario y me pongo un traje azulón con falda y una camisa abierta. Hoy<br />

quiero estar sexy para que desee regresar pronto al hotel.<br />

A las ocho, alguien llama a la puerta de mi habitación y, dos segundos después, una<br />

camarera muy amable deja un bonito carrito con el desayuno y se marcha.<br />

Cuando levanto las tapas salto de felicidad al ver la cantidad de bollos que tengo<br />

ante mí. Cojo una silla y me siento. Bebo un poco de zumo de naranja. ¡Hummm, qué rico!<br />

Me preparo un café y disfruto con un minipepito. Luego una napolitana y cuando voy a<br />

atacar un donut, me paro y consigo vencer la tentación. Demasiados bollos.<br />

El móvil suena. He recibido un mensaje. Eric. «8.30 en recepción».<br />

¡Qué explícito!<br />

Ni un simple «Buenos días, pequeña», «Jud» o como quiera.<br />

Pero sin tiempo que perder y ansiosa por verlo de nuevo, cojo mi maletín. Meto el<br />

portátil y los documentos del día anterior y lo cierro. Hoy vamos a otra delegación de<br />

Asturias y sólo espero que el día se dé mejor que el anterior.<br />

Al llegar a recepción veo a Eric apoyado en una mesa. Está impresionante con su<br />

traje gris claro y su camisa blanca. Veo que aún tiene su bonito pelo algo mojado por la<br />

ducha y me estremezco. Me hubiera encantado ducharme con él.<br />

Dos mujeres que pasan por su lado se vuelven para mirarlo. Normal. Es un bombón<br />

de tío. Cuando pasan por mi lado observo sus caras y cómo cuchichean. Imagino sobre lo<br />

que hablan. Con decisión, camino hacia él subida a mis tacones y repaso su ancha espalda<br />

mientras lo veo leer con concentración el periódico. Cuando llego a su altura lo saludo con<br />

voz melosa:<br />

—¡Buenos días!<br />

Eric no me mira.<br />

—Buenos días, señorita Flores.<br />

Pero bueno, ¿ya estamos otra vez con los puñeteros apellidos?<br />

No esperaba que me cogiera entre sus brazos y me sonriera en plan novio. Pero<br />

hombre, algo más de cordialidad tras una noche separados, pues sí.<br />

Su indiferencia me desconcierta.<br />

¿Por qué no me mira?<br />

Pero no dispuesta a comenzar el juego del gato y el ratón me quedo a su lado a la<br />

espera de que decida que nos vayamos. Echo una ojeada al reloj. Las ocho y media. Miro la<br />

entrada del hotel y veo la limusina esperando. ¿Por qué no nos vamos? Eric omite mi<br />

presencia y sigue leyendo el periódico con la mandíbula tensa. ¿Todavía está enfadado?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!