10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

momentos de mi vida.<br />

En ese instante, Gerardo, el jefe de personal sale y me mira.<br />

—Miguel, que la señorita Flores espere un segundo. De momento, que no firme la<br />

carta de despido que te había dado.<br />

Sorprendido, Miguel me mira y, cuando éste desaparece, cuchichea:<br />

—Tras llamar tu jefa, ha llamado Iceman. Menudo cabreo tiene.<br />

Resoplo. En ese momento me importa todo un pepino. Me siento y Miguel<br />

pregunta:<br />

—Pero ¿qué ha pasado?<br />

—Iceman y yo hemos roto y la gilipichi de mi ex jefa ha tenido el valor de mofarse<br />

de mí y de mis sentimientos.<br />

—¿Habéis roto Iceman y tú?<br />

—Sí.<br />

—<strong>Lo</strong> siento, preciosa. Y sabes que lo digo de corazón.<br />

—<strong>Lo</strong> sé. —Sonrío con tristeza—. Pero tenías razón. Con los jefes nunca hay que<br />

tener una relación. Porque, tarde o temprano, lo pagas de una manera u otra.<br />

Mi aparente frialdad comienza a resquebrajarse. Hablar de Eric y de mi nueva<br />

realidad duele. Tres minutos después, Gerardo, el jefe de personal sale y me mira.<br />

—Entra en mi despacho.<br />

Le hago caso y obligo a Miguel a entrar conmigo. Gerardo nos mira y finalmente<br />

dice:<br />

—Judith, el señor Zimmerman quiere que vayas a su despacho ahora mismo.<br />

Su insistencia me sorprende y contesto:<br />

—No. No voy a ir. Quiero firmar mi despido.<br />

Miguel y Gerardo se miran sorprendidos y éste insiste.<br />

—Judith, no sé lo que ha pasado, pero el señor Zimmerman dice que…<br />

—<strong>Lo</strong> que diga el señor Zimmerman, actualmente, me entra por un oído y me sale<br />

por el otro. Por lo tanto, Gerardo, si quieres, puedes llamarlo y decirle de mi parte que se<br />

vaya a la mierda o lo hago yo directamente. Pero no pienso ir a su despacho ni a ningún<br />

otro. Sólo quiero firmar mi carta de despido.<br />

El hombre no sabe qué hacer. La situación se le escapa de las manos. Finalmente,<br />

me pide un segundo, coge el teléfono que está descolgado y habla. Intuyo que Eric me ha<br />

escuchado pero no me importa. Mejor. Así se dará cuenta de que cuando yo digo algo lo<br />

cumplo. <strong>Que</strong> asuma las consecuencias.<br />

Miguel, que está nervioso por todo lo que ocurre, me aleja de la mesa de Gerardo.<br />

—¡Qué huevos los tuyos, nena! Me tienes alucinado. Pero sé realista y piensa lo que<br />

me dijiste a mí cuando no me iban a renovar. Hay mucho paro, mucha crisis y necesitas el<br />

trabajo. No seas tonta, Judith.<br />

Y, cuando voy a contestar, Gerardo levanta su vista hacia nosotros.<br />

—El señor Zimmerman me pide que no firmes ninguna carta de despido. <strong>Que</strong> te<br />

vayas de vacaciones y…<br />

—¿Vacaciones?<br />

—Sí, eso ha dicho.<br />

Maldigo en voz alta. Observo que el teléfono sigue descolgado. Como una furia,<br />

salgo del despacho, cojo el papel que Miguel tenía preparado para mí cuando entré, vuelvo<br />

a entrar en el despacho y lo firmo sin leerlo. En cuanto lo hago, se lo entrego a Gerardo y<br />

añado a sabiendas de que Eric escuchará lo que digo:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!