10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

46<br />

En Jerez, mi padre no habla, sólo me mira.<br />

Hace tres días que he llegado y soy una piltrafilla humana. Sabe que no estoy bien,<br />

que algo ha ocurrido entre Eric y yo, pero respeta mi silencio. <strong>Lo</strong>s vecinos de mi padre son<br />

otro cantar. Continuamente me preguntan por el Frankfurt y eso me desespera. Algunas<br />

veces no tienen tacto y ésta es una de esas veces.<br />

Alguien avisa a Fernando de que estoy allí. Me envía mensajes al móvil y al tercer<br />

día se presenta en mi casa. Estoy en la piscina tumbada sobre una hamaca, cuando lo veo<br />

llegar.<br />

—Hola —saluda.<br />

—Hola —respondo.<br />

Se sienta en la hamaca que hay junto a la mía y no dice nada. Ninguno decimos<br />

nada. Mi padre se asoma por la ventana de la cocina y nos mira, pero no se acerca a<br />

nosotros. Deja que hablemos.<br />

—¿Estás bien Judith?<br />

—Sí.<br />

Silencio… ninguno dice nada más hasta que Fernando añade:<br />

—Siento que estés así.<br />

—No pasa nada —respondo con una sonrisa—. Como tú dijiste, yo solita me he<br />

dado contra el muro.<br />

—No me alegro por ello, Judith.<br />

—<strong>Lo</strong> sé.<br />

De nuevo, silencio entre los dos. De pronto, comienza a sonar en la radio la canción<br />

Satisfaction de los Rolling Stones y sin poder remediarlo sonreímos. Al final soy yo la que<br />

dice:<br />

—Siempre que escucho esta canción me acuerdo de la fiesta que dio Rocío hace<br />

unos años. ¿Te acuerdas de la que liamos con esta canción?<br />

Fernando asiente, sonríe y comienza a cantarla. Yo lo sigo. Él se levanta, comienza<br />

a bailar mientras canta y yo me río. Al final, me pongo de pie y canto y bailo junto a él la<br />

canción, mientras me olvido de todos mis problemas.<br />

Cuando la canción acaba, los dos nos reímos, nos miramos. Levanto los brazos en<br />

busca de un abrazo y nos abrazamos.<br />

—Así me gusta verte, Judith. Feliz y divertida. Como tú eres. Perdóname por<br />

haberme metido donde no me llamaban, pero a veces los hombres hacemos cosas de<br />

idiotas.<br />

—Estás perdonado, Fernando. Perdóname tú a mí también.<br />

—Por supuesto. De eso no te quepa la menor duda.<br />

Esa anoche salgo a cenar con él y vamos a los sitios donde sabemos que nos<br />

encontraremos con los amigos. Mi amiga Rocío se sorprende al verme aparecer con él, y no<br />

me pregunta por Eric. Nadie hace la más mínima referencia al hombre con el que me vieron<br />

las últimas semanas y yo me limito a no pensar y a disfrutar lo mejor que puedo.<br />

<strong>Lo</strong>s días pasan y Eric no se pone en contacto conmigo. No entiendo cómo unas<br />

maravillosas vacaciones pueden acabar así, tan de repente, y con tal mal rollo, cuando él y<br />

yo nos entendemos sólo con la mirada. La presencia de Fernando esos días me hace sonreír.<br />

No ha intentado nada conmigo. No se ha acercado a mí más de lo estricto y le agradezco

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!