10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

36<br />

Durante seis días, mi mundo es de color de rosa. Vivo en un país multicolor como la<br />

abeja Maya y me siento como una princesa, tipiti-tipitesa, rodeada de dos personas que me<br />

quieren y me protegen.<br />

Fernando continúa con sus llamadas y, en su último mensaje, me indica que sabe<br />

que Eric Zimmerman está conmigo en Jerez. Eso me molesta. Enterarme de que Fernando<br />

sabe sobre la vida de Eric no es plato de buen gusto, pero decido callarme. Si le explico<br />

algo a Eric, seguro que empeoro la situación.<br />

Él y mi padre se llevan de maravilla y aunque, al principio, mi padre se enfadó con<br />

él por haber alquilado una villa, al final entiende que somos adultos y necesitamos<br />

intimidad.<br />

<strong>Lo</strong>s amigos y vecinos de mi padre rápidamente apodan a Eric como «el Frankfurt»,<br />

por aquello de ser alemán y eso a él le hace gracia. El carácter español, especialmente el<br />

andaluz, es tan diferente al alemán, que veo la sorpresa continuamente en sus ojos.<br />

Mi padre, día a día, se emociona con Eric. Noto que le gusta, lo respeta y lo escucha<br />

y eso dice mucho de él. Incluso algunas tardes se van juntos de pesca y regresan encantados<br />

y felices. En esos días siempre que puedo me escapo para correr y derrapar un poco con mi<br />

moto. Me encanta hacerlo y lo disfruto mogollón.<br />

Una de esas tardes aparece Fernando con su moto. Se cruza en mi camino. Ambos<br />

nos paramos.<br />

—¿Te has vuelto loca? ¿Qué hace ese tipo aquí?<br />

Molesta por la intromisión, me quito las gafas de protección del casco.<br />

—Te estás pasando. A ti no te importa lo que él hace aquí.<br />

Fernando se baja de la moto y se acerca a mí.<br />

—Por el amor de Dios, Judith, ¿sabe tu padre que ése es tu jefe?<br />

—No.<br />

—¿Y cuándo se lo vas a decir?<br />

A cada instante que pasa me voy enfadando más.<br />

—Cuando me dé la gana.<br />

Fernando se mueve con rapidez, se acerca a mí, me coge del cuello, posa su frente<br />

sobre la mía y murmura:<br />

—Judith… yo te quiero.<br />

—Fernando no…<br />

Sin separarse de mí, sigue hablando:<br />

—Te quiero sólo para mí, en exclusividad. Ese tipo no te quiere como yo, piénsalo<br />

por favor y…<br />

Le doy un empujón y me separo de él.<br />

—Quiero continuar mi camino, Fernando. Quítate de en medio, ¿de acuerdo?<br />

—¿Me estás diciendo que prefieres la compañía de ese hombre a la mía? —<br />

murmura, sin apartarse un ápice y con actitud intimidatoria—. Ese tipo te está utilizando y,<br />

cuando se aburra de ti, te dejará a un lado como ha hecho con cientos de mujeres. Para él<br />

eres una más, mientras para mí eres especial, ¿no lo ves? Te creía más lista, Judith, por el<br />

amor de Dios.<br />

No quiero ser cruel como él lo está siendo conmigo. Quiero a Fernando. Es un buen<br />

amigo. Pero por Eric siento algo tan fuerte que no lo puedo obviar. Al ver mi silencio, se da<br />

la vuelta y se monta en su moto, malhumorado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!