10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

por la cintura para acercarme a él—. En el aroma de ese champán domina el aroma de<br />

fresas silvestres. Te gustará.<br />

Extasiada por su cercanía, cierro los ojos y asiento. Me pone como una moto. De<br />

pronto, me da la vuelta y quedo apoyada entre el frigorífico y él. Mi respiración se agita. Él<br />

me mira. Yo lo miro y entonces hace eso que tanto me gusta. Se agacha, acerca su lengua a<br />

mi labio superior y lo repasa.<br />

¡Dios, qué bien sabe!<br />

Abro mi boca a la espera de que ahora me repase el labio de abajo, pero no. Me<br />

equivoco. Me levanta entre sus brazos para tenerme a su altura y luego mete su lengua<br />

directamente en mi boca con una pasión voraz.<br />

Incapaz de seguir colgada como un chorizo, enrosco mis piernas en su cintura y,<br />

cuando él pega su entrepierna en el centro de mi deseo, me derrito. Sentir su excitación<br />

dura y caliente sobre mí me hace querer desnudarlo. Pero entonces separa su boca de la mía<br />

y me pregunta:<br />

—¿Dónde está lo que te he regalado hoy?<br />

Vuelvo a ponerme colorada.<br />

¿Este hombre sólo piensa en sexo? Vale, yo también.<br />

Sin embargo, incapaz de no responder a sus inquisidores ojos, respondo:<br />

—Allí.<br />

Sin soltarme, mira en la dirección que le he dicho. Camina hacia allí conmigo<br />

enlazada a su cuerpo y me suelta. Abre el sobre, saca lo que hay en él y rompe el plástico<br />

del embalaje, primero de una cosa y luego de la otra. Mientras lo hace, no me quita ojo y<br />

eso que respira con más intensidad. Me agita.<br />

—Coge el champán y las copas.<br />

<strong>Lo</strong> hago. Este tío va al grano. Cuando acaba de sacar los artilugios de su embalaje<br />

camina hacia la cocina y los mete bajo el grifo. Luego, los seca con una servilleta de papel<br />

y vuelve de nuevo hacia mí y me coge de la mano.<br />

—Llévame a tu habitación —me dice.<br />

Dispuesta a llevarlo hasta el mismísimo cielo en mis brazos si fuera necesario, lo<br />

conduzco por el pasillo hasta llegar ante la puerta de mi habitación. La abro y ante nosotros<br />

queda expuesta mi bonita cama blanca comprada en Ikea. Entramos y me suelta la mano.<br />

Dejo el champán y las dos copas sobre la mesilla, mientras él se sienta en la cama.<br />

—Desnúdate.<br />

Su orden me hace salir del limbo de fresas y burbujitas en el que él me había<br />

sumergido y, todavía excitada, protesto:<br />

—No.<br />

Sin apartar su mirada de mí, repite sin cambiar su gesto:<br />

—Desnúdate.<br />

Chamuscada en el horno de emociones en el que me encuentro, niego con la cabeza.<br />

Él asiente. Se levanta con cara de mala leche. Tira los artilugios que lleva en su mano sobre<br />

la cama.<br />

—Perfecto, señorita Flores.<br />

¡Buenoooo!<br />

¿Volvemos a las andadas?<br />

Al verlo pasar por mi lado, reacciono y lo agarro por el brazo. Tiro de él con fuerza.<br />

—¿Perfecto qué, señor Zimmerman? —le pregunto, envalentonada.<br />

Con gesto altivo, mira mi mano en su brazo. Entonces, lo suelto.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!