You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Eric me abraza y yo me derrumbo.<br />
—<strong>Lo</strong> siento, pequeña… lo siento.<br />
De un empujón lo alejo de mí y grito, mientras soy testigo de su gesto serio y<br />
desesperado.<br />
—¡Vete a la porra, por no decir algo peor! Si me quieres, sé consecuente con tus<br />
obligaciones y cuídate. Ésa es tu manera de demostrarme que me quieres.<br />
Durante unos minutos, permanecemos callados mientras yo lloro y él me observa.<br />
Veo el dolor inmenso en su mirada, pero no puedo controlar mis puñeteras lágrimas.<br />
Finalmente tiende su mano hacia mí.<br />
—Ven aquí, cariño.<br />
—No.<br />
—Por favor… ven.<br />
—No… no quiero ir.<br />
Finalmente se sienta en la cama, dispuesto a esperar a que se me pase la furia. Ya<br />
me va conociendo y sabe que es mejor darme un tiempo hasta que me tranquilice. Diez<br />
minutos después, me siento ridícula y, sin que él me diga nada, voy hasta él y me siento a<br />
horcajadas sobre sus piernas. <strong>Lo</strong> abrazo y me abraza. Permanecemos así un buen rato hasta<br />
que yo intento besarlo y él se retira.<br />
—¿Me acabas de hacer la cobra?<br />
Eric sonríe mientras siento que me agarra con más fuerza.<br />
—Alguna vez tenía que ser yo quien lo hiciera, ¿no?<br />
Al final sonrío y él se acerca a mí para besarme con dulzura, mientras siento que sus<br />
brazos me aprietan más y más contra él. Después se levanta conmigo y me posa sobre la<br />
cama. Me sube el vestido, me quita las bragas y, sin dejar de mirarme, se desabrocha el<br />
pantalón, que cae a sus pies junto a los calzoncillos.<br />
Se tumba sobre mí, pone su pene en mi húmeda vagina y, mientras me coge ambas<br />
manos con las suyas, se sumerge lenta y pausadamente en mi interior.<br />
Mi cuerpo se estremece y lo recibe con gusto, mientras yo me arqueo y cierro los<br />
ojos.<br />
—Mírame, cariño. <strong>Lo</strong> necesito.<br />
Su petición me hace abrirlos. Soy consciente de que necesita ver mi cara, mis ojos,<br />
mi rostro cuando se hunde de nuevo en mi cuerpo. Mi boca se abre para dar salida a un<br />
jadeo que Eric toma con su boca, mientras sale y entra una y otra vez e incrementa su ritmo<br />
para darme más y más placer.<br />
—Fuerte… fuerte —exijo.<br />
Eric me suelta las manos y me coge las caderas. Con posesión se hunde fuerte en mí<br />
y yo grito, me retuerzo de placer mientras lo miro.<br />
—Sí, Jud… Sí, cariño.<br />
Instantes después, tras varias portentosas embestidas, el orgasmo me llega justo en<br />
el mismo momento que a él y se derrumba encima mío. Permanecemos en aquella postura<br />
unos minutos, mientras recuperamos el resuello, hasta que Eric levanta el rostro y me mira.<br />
—De acuerdo, Jud. Regresaré pasado mañana y me operaré. Pero necesito que<br />
comiences a pensar muy en serio que quiero que vivas conmigo y Flyn en Alemania. ¿<strong>Lo</strong><br />
pensarás?<br />
Asiento y lo abrazo.