You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
¿Su novia?<br />
¿Acabo de conocer a su madre y ha dicho que soy la novia de su hijo?<br />
Me siento como en una nube durante la siguiente media hora. Sonia, la madre de<br />
Eric, es encantadora y dicharachera. Físicamente no se parece en nada a él, excepto en lo<br />
clásica que es vistiendo. Es morena de ojos negros, como yo, y se la ve una mujer que cuida<br />
su aspecto. Cuando se marcha a su habitación para cambiarse para cenar, Eric me mira y<br />
murmura:<br />
—¿Estás bien?<br />
—Vamos a ver, Eric, ¿tu madre ha dicho que soy tu novia?<br />
—Sí.<br />
—¿Y cómo es que lo sabe ella antes que yo?<br />
Eric me mira. Piensa… piensa… y piensa y cuando ve que voy a estallar dice:<br />
—¿Tú no sabías que eras mi novia?<br />
—No.<br />
—¿No?<br />
Alucinada por aquello, me separo de él.<br />
—Pues no. No lo sabía.<br />
Eric se acerca de nuevo a mí.<br />
—¿Seguro, morenita? ¿De veras estás segura de ello?<br />
—Y tan segura. Yo… yo pensaba que era tu… tu amiga… tu amante… tu rollito…<br />
tu chica, como me presentaste ante algunos amigos en Zahara. Pero ¿tu novia?<br />
—Te recuerdo que en el Moroccio tú solita dijiste que eras la señora Zimmerman.<br />
—Ya, pero…<br />
—No hay peros… señorita Flores. Te he propuesto que te vengas a vivir conmigo a<br />
Alemania. Se lo he comentado a mi madre y ella quería conocerte.<br />
—¿¡Cómo!?<br />
Eric sonríe y murmura acercándose a mí:<br />
—Cariño, ante la insistencia de mi madre porque regrese a Alemania, no me quedó<br />
otro remedio que explicarle que aquí hay una preciosa española que me tiene loco y a la<br />
que estoy convenciendo para que se venga a vivir conmigo. Al saber eso, ha querido<br />
conocerte y aquí está. Te quiero y eres mi novia. No hay más que hablar.<br />
—¿Cómo que no hay más que hablar?<br />
Eric clava su inquietante mirada en mí y da un paso al frente.<br />
—¿No quieres ser mi novia?<br />
El corazón me aletea desenfrenado, yo sólo deseo todo, absolutamente todo lo que<br />
él quiera, pero decido jugar un poco con él y murmuro mientras doy un paso atrás:<br />
—No sé, Eric… no sé si tú y yo…<br />
—Tú y yo ¿qué? —insiste y se acerca de nuevo a mí.<br />
—Pues eso… que tú y yo somos muy diferentes y…<br />
Se da cuenta de mi juego y eso lo alegra, pero sigue acercándose a mí.<br />
—¿Recuerdas nuestra canción?<br />
Sonrío al recordar la canción Blanco y negro de Malú. Ésa es nuestra canción.<br />
—Sí.<br />
—Si fueras tan rígida en muchas cosas como lo soy yo, te aseguro que nunca me<br />
habría fijado en ti. Me gusta quién eres, cómo actúas, cómo me retas y, sobre todo, cómo<br />
me haces ver la vida en colores y no en blanco y negro.<br />
Un gesto risueño se dibuja en mi boca por lo que escucho.