You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
me avisa de que me va a hacer suya.<br />
Me abre las piernas, mientras con una de sus manos aprisiona mis riñones sobre el<br />
respaldo del sofá para que no me mueva. Con la otra mano coge su duro pene y lo pasea<br />
desde mi caliente vagina hasta mi orificio anal y viceversa. Juguetea entre mis hendiduras,<br />
empapándome más.<br />
—Te voy a follar, Jud. Hoy me has vuelto loco y te voy a follar tal y como llevo<br />
todo el día pensando hacerlo.<br />
Oírlo decir aquello me sofoca.<br />
Me azuza todos los sentidos y me gusta.<br />
Noto que arqueo mi trasero dispuesta a recibirlo. Me siento como una perra en celo<br />
en busca de mi alivio. Eric deja caer su cuerpo sobre mí. Muerde mi hombro, después mis<br />
costillas y yo me retuerzo. Estoy empapada, lista y húmeda para recibirlo. Mi cuerpo le<br />
implora. Me penetra de una estocada y exige:<br />
—Necesito escuchar tus gemidos. ¡Ya!<br />
Sin poder evitarlo, un jadeo ruidoso sale de mi boca.<br />
Su orden me aguijonea.<br />
Sus manos exigentes me agarran por la cintura y me aprieta contra él hasta que me<br />
tiene totalmente empalada. Grito. Me retuerzo. Voy a explotar. Sale de mí unos centímetros<br />
pero vuelve a entrar una y otra vez, colmándome de una serie de movimientos duros y<br />
potentes que vuelven a hacerme chillar. Siento sus testículos chocar contra mi vagina a<br />
cada movimiento y, cuando su dedo toca mi hinchado clítoris y tira de él, chillo. Chillo de<br />
placer.<br />
A cada acometida siento que me rompe. Me incita y yo me abro más para que me<br />
siga desgarrando y me haga totalmente suya. <strong>Lo</strong> hacemos sin preservativo y sentir el tacto<br />
suave y rugoso de su piel fomenta mi perversión. La dureza de sus palabras y su ímpetu por<br />
follarme me enloquecen de una manera bárbara.<br />
Mi vagina se contrae a cada embestida y noto cómo lo succiona. <strong>Lo</strong> atrapa. <strong>Lo</strong><br />
alborota. Oigo su respiración agitada en mi oreja y los calientes sonidos de nuestros<br />
cuerpos al chocar, una y otra vez… una y otra vez… Son adictivos.<br />
Calor.<br />
Tengo mucho calor.<br />
Un ardor me sube por los pies asolando mi cuerpo. Cuando llega a mi cabeza<br />
explota y con él exploto yo. Grito. Me retuerzo y convulsiono mientras noto que por mi<br />
pierna chorrean mis fluidos. Intento que me suelte. Pero Eric no lo permite. Continúa<br />
penetrándome mientras mi devastador orgasmo me enloquece y lo hace enloquecer.<br />
Mi cuerpo, roto de placer, se arquea y, tras una potente embestida que me empotra<br />
más en el respaldo del sillón, Eric sale de mi interior, noto que apoya su cabeza sobre mi<br />
espalda y después de un gruñido fuerte y varonil noto que algo riega mi trasero. Se corre<br />
sobre mí.<br />
Durante unos segundos, los dos permanecemos en aquella posición. Él sobre mí.<br />
Sobre mi espalda. Nuestros corazones acelerados necesitan regresar a su ritmo normal antes<br />
de hablar, mientras que en el hilo musical de la habitación suena La chica de Ipanema.<br />
Cuando Eric se incorpora y me deja vía libre, hago lo mismo.<br />
Vestida sólo con la camisa, lo miro y él sonríe satisfecho mientras se abrocha el<br />
pantalón. <strong>Lo</strong> que acabamos de practicar es sexo exigente y duro y eso le gusta. <strong>Lo</strong> sé. La<br />
sangre me hierve. Estoy indignada. Sin poder controlarlo, la mano se me escapa y le doy un<br />
sonoro bofetón.