10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

en busca de aire. Cada embestida mía es un jadeo de él. Cada jadeo de él es una embestida<br />

mía. El movimiento de mis caderas se vuelve más insistente, más delirante. Sus<br />

penetraciones más profundas, más seguidas y, cuando siento que me voy a correr, lo miro y<br />

susurro:<br />

—Mío. Eres sólo mío.<br />

Un grito gutural sale de su garganta y otro de la mía cuando Eric se empotra<br />

totalmente en mí, mientras notamos que nuestros fluidos resbalan por nuestras piernas. Me<br />

abrazo a él y el ritmo se detiene mientras me besa el pelo. Durante varios minutos no nos<br />

movemos, sólo nos abrazamos hasta que él coge una toalla seca y me la echa por encima.<br />

Tiemblo.<br />

Con el pelo mojado sobre la cara, Eric comienza a repartirme un millón de dulces<br />

besos mientras me retira el cabello. Sigo sentada sobre él y su erección disminuye en mi<br />

interior cuando escucho jadeos e imagino que los otros juegan en la habitación.<br />

—Eric.<br />

—¿Sí, cariño?<br />

—¿Te encuentras bien?<br />

Sonríe al notar mi preocupación por él.<br />

—Perfectamente, mi amor, ¿y tú?<br />

—Extasiada.<br />

—¿Mi castigo ha sido muy duro?<br />

Sonrío y lo beso por el cuello.<br />

—Tus castigos me vuelven loca.<br />

Ambos reímos y Eric me mira a los ojos.<br />

—Espero que no hayan sido muy duros para ti.<br />

—Yo más bien diría placenteros.<br />

—¿Incluso con Marisa y Mario?<br />

Asiento como una niña pequeña.<br />

—Incluso con ellos.<br />

Eric me da un beso en la punta de la nariz y susurra:<br />

—Me vuelve loco verte disfrutar, cariño. Ofrecerte es un placer para mí. Me<br />

provoca un morbo que no puedo remediar y…<br />

—¿Te estás disculpando por ello?<br />

Veo que asiente y murmura:<br />

—Jud… tengo que hacerlo. Estos juegos no entraban dentro de tu vida. Sé que lo<br />

haces por mí y…<br />

—… y me gustan —lo interrumpo—. Me encanta que me ofrezcas mientras tú<br />

miras. Eso, aunque no lo creas, me produce el mismo placer que a ti. Y si a ti te enloquece<br />

que Björn, Marisa o quien decidamos se meta entre mis piernas y juegue conmigo, yo lo<br />

acepto. <strong>Lo</strong> acepto gustosa porque disfruto tanto que un día voy a explotar.<br />

—¿Estás segura, cariño?<br />

Abro los ojos y lo miro. Acerco mi nariz a la suya y siento la necesidad de<br />

preguntar:<br />

—¿En Alemania seguiremos jugando?<br />

Aquello lo pilla de sorpresa. Mi pregunta le afirma lo que él lleva deseando<br />

escuchar y me abraza encantado, antes de devorarme la boca.<br />

—En Alemania te prometo todo lo que quieras.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!