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preguntar, me dirijo directamente hacia el ascensor. El ascensorista ya está advertido de mi<br />
llegada y me lleva hasta la planta en la que se aloja Eric.<br />
Cuando entro en la suite, me extraña no verlo allí. <strong>Lo</strong> busco pero sólo encuentro su<br />
maletín, con su portátil sobre la cama. Convencida de que no tardará, regreso al salón y<br />
pongo música. La música es buena para alegrar el ambiente. <strong>Lo</strong>calizo la emisora que suelo<br />
poner y en ese momento comienza a sonar September de Earth, Wind and Fire. Me encanta<br />
esa canción. Sin dudarlo me quito los zapatos y comienzo a bailar mientras canto:.<br />
Do you remember the 21st night of september?<br />
<strong>Lo</strong>ve was changing the minds of pretenders<br />
While chasing the clouds away<br />
Our hearts were ringing<br />
Ba de ya - say that you remember<br />
Ba de ya - dancing in september<br />
Ba de ya - never was a cloudy day.<br />
Meneo las caderas al compás de la música mientras canto y disfruto aquella<br />
canción. Con los ojos cerrados, doy vueltas al llegar al estribillo, levanto los brazos y me<br />
dejo llevar por la melodía. De pronto, la música se detiene, abro los ojos y me encuentro<br />
ante Eric y una mujer de mediana edad que me observan.<br />
Con la lengua fuera por el bailecito que me he marcado, me avergüenzo de pronto<br />
por el espectáculo que he debido de ofrecer hasta que la mujer me sonríe y se acerca hacia<br />
mí.<br />
—Reconozco que cada vez que escucho esta canción me hace bailar… Hola, soy<br />
Sonia, la madre de Eric, ¿y tú eres?<br />
¿Su madre?<br />
¿Qué hace su madre allí?<br />
Me recompongo lo mejor que puedo y me retiro el pelo de la cara, mientras me<br />
acerco yo también a ella.<br />
—Encantada de conocerla, señora. Yo soy Judith.<br />
La mujer me da dos besos. Después mira a su hijo, que no ha abierto la boca, y<br />
pregunta mientras me pongo los zapatos:<br />
—¿Y Judith… es?<br />
Eric la mira divertido.<br />
—Mamá, ella es… Jud.<br />
La señora a mirarme y grita:<br />
—¡Oh… qué tonta soy, claro…! Judith es Jud… ¡Tú eres la novia de Eric!<br />
Yo, que estoy apoyada en una mesita para calzarme el zapato, me desplomo en el<br />
suelo al escuchar aquello. ¿Novia?<br />
Eric y su madre se acercan corriendo hacia mí.<br />
—¿Estás bien, hija?<br />
—Sí… sí… no se preocupe. Me he resbalado.<br />
—Por Dios, Jud… háblame de tú.<br />
—Vale, Sonia. Estoy bien.<br />
Eric me levanta del suelo y me acerca a él, mirándome.<br />
—¿Estás bien, cariño?<br />
Como un muñequito, muevo mi cabeza mientras pestañeo y me acaloro.