10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Sonia regresa al hotel. Frida y Andrés se marchan a su casa, el pequeño Glen tiene un poco<br />

de fiebre y ella está preocupada. Yo le pido a Eric regresar al hotel pero él, divertido, me<br />

anima a ir a tomar una copa con su hermana y su amigo. Acepto a regañadientes. Pero para<br />

incitarlo no paro de susurrarle al oído que estoy lista para lo que él quiera. Y consigo mi<br />

propósito. <strong>Lo</strong> veo en su mirada, pero decide hacerme sufrir un ratito más.<br />

Como yo soy la que vive en Madrid y conoce los locales de moda los llevo al<br />

Toopsie, lejos de donde podría encontrarme con mis amigos. Si vieran a Eric se quedarían<br />

de piedra. Vestido con su traje oscuro no tiene nada que ver con los tatuajes y los piercings<br />

de mis amigos. Eso me divierte. Y creo que, en cierto modo, eso, unido a su fuerte<br />

personalidad es lo que me enamoró de él.<br />

En el Toopsie, Marta y yo bailamos divertidas. Marta es una alocada como yo y<br />

pronto me doy cuenta de que hacemos buena camarilla. Durante un par de horas, los cuatro<br />

nos divertimos de lo lindo y, cuando ponen música más íntima y suena Blanco y negro,<br />

Eric me mira y dice:<br />

—Señorita Flores, ¿sería tan amable de bailar conmigo esta canción?<br />

—Por supuesto, señor Zimmerman.<br />

Cuando llegamos a la pista, Eric me abraza y por primera vez bailo con él. Nunca<br />

había hecho aquello y sentirme abrazada a él mientras suena nuestra canción me parece lo<br />

más bonito que he hecho en mi vida.<br />

No hablamos. Sólo nos abrazamos mientras la voz de Malú canta:<br />

Te regalo mi amor, te regalo mi vida,<br />

Te regalaré el sol siempre que me lo pidas.<br />

No somos perfectos, sólo polos opuestos.<br />

Mientras sea junto a ti, siempre lo intentaría.<br />

¿Y que no daría?<br />

Eric me mira y, cuando acaba la canción, murmura:<br />

—Creo que ya ha llegado el momento de llevarte al hotel.<br />

—¡Por fin! —susurro, haciéndolo reír.<br />

Mi felicidad es tan completa que creo que voy a explotar de un momento a otro.<br />

Eric me lleva hasta donde está su hermana y su amigo y nos despedimos. Ellos se ríen al<br />

ver nuestras prisas por marcharnos.<br />

Al salir del local, aparece Tomás. Una vez dentro del coche, Eric sube el cristal que<br />

nos separa de él y dice, mientras se desabrocha los pantalones y deja a mi vista su enorme<br />

erección:<br />

—Jud… móntate a horcajadas sobre mí. ¡Ya!<br />

Sorprendida por esa urgencia sonrío y lo hago encantada.<br />

—Dios, nena… voy a explotar.<br />

Me río y siento sus manos subir por mis muslos hasta llegar a mi bonito tanga. Es<br />

nuevo. Pero de un tirón seco me lo arranca.<br />

—¡Eric!<br />

—Te compraré cientos de tangas… no te preocupes por eso. Ahora ábrete para mí.<br />

—Muy bien, señor Zimmerman —susurro, mientras él pone ante mí el tanga roto—.<br />

Una vez roto mi tanga, ahora sólo espero que se comporte y me folle como usted sabe.<br />

—Oh, sí… pequeña, no lo dudes.<br />

Mis palabras lo avivan y me penetra de un solo movimiento. Mi boca se abre, sale

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!