10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Cuando quiera comportarse como una mujer y no como una niña, llámeme.<br />

Eso me enciende.<br />

Me fastidia.<br />

¿Quién se ha creído ese presuntuoso?<br />

Yo soy una mujer. Una mujer independiente que sabe lo que quiere. Por ello<br />

respondo en los mismos términos:<br />

—¡Perfecto!<br />

Aquella contestación lo desconcierta. <strong>Lo</strong> veo en sus ojos y en su mirada.<br />

—¿Perfecto qué, señorita Flores?<br />

Sin cambiar mi semblante serio, lo miro e intento no desmayarme por la tensión que<br />

acumulo en mi cuerpo.<br />

—Cuando quiera comportarse como un hombre y no creerse un ser todopoderoso al<br />

que no se le puede negar nada, quizá lo llame.<br />

¿He dicho «quizá lo llame»? Madre mía, pero ¿qué es eso de «quizá»?<br />

Deseo a aquel hombre.<br />

Deseo desnudarme.<br />

Deseo que se desnude.<br />

Deseo tenerlo entre mis piernas y voy yo y le suelto: «Quizá lo llame».<br />

Una tensión endemoniada se cierne entre los dos. Ninguno parece querer dar su<br />

brazo a torcer, cuando mi mano busca la de él y éste, sorprendiéndome, la agarra.<br />

Lentamente y con cara de mala leche, se acerca a mí y me besa. Me pone su gesto serio.<br />

¡Vaya, me encanta!<br />

Me succiona los labios con deleite y yo le respondo poniéndome de puntillas. De<br />

nuevo se separa y se sienta en la cama. No hablamos. Sólo nos miramos. Me quito las<br />

zapatillas de Bob Esponja. Sin pestañear, le sigue el pantalón corto que llevo y a<br />

continuación la camiseta. Me quedo ante él en ropa interior. Al ver que él respira con<br />

profundidad, me siento poderosa. Eso me gusta. Me excita. Nunca he hecho una cosa así<br />

con un desconocido, pero descubro que me encanta.<br />

Instintivamente me acerco a él. <strong>Lo</strong> tiento. Veo que cierra los ojos y acerca su nariz a<br />

mis braguitas. Doy un paso atrás y noto que se mosquea. Sonrío con malicia y él me imita.<br />

Con una sensualidad que yo no sabía que tenía, me bajo un tirante del sujetador, luego el<br />

otro y vuelvo a acercarme a él. Esta vez me agarra con fuerza por las nalgas y ya no puedo<br />

escapar. Vuelve a acercar su nariz a mis braguitas y me estremezco cuando siento su aliento<br />

y un dulce mordisco en mi depilado monte de Venus.<br />

Sin hablar, levanta la cabeza y con una mano me saca del sujetador el pecho<br />

derecho. Me acerca más a él y se mete el pezón en su boca con un gesto posesivo. ¡Dios!<br />

Estoy tan excitada que voy a gritar. Juguetea con mi pecho mientras yo le revuelvo el pelo<br />

y lo aprieto contra mí. Vuelvo a sentirme poderosa. Sensual. Voluptuosa. Me miro en los<br />

espejos de mi armario y la imagen es, como poco, intrigante. Morbosa. Cuando creo que<br />

voy a explotar, me separa de él y, sin necesidad de que diga nada, sé lo que quiere. Me<br />

quito el sujetador y las bragas y quedo totalmente desnuda ante él. Durante unos segundos<br />

veo cómo me recorre con su mirada hasta que dice:<br />

—Eres preciosa.<br />

Oír su ronca voz cargada de erotismo me hace sonreír y, cuando él me tiende la<br />

mano, yo se la acepto. Se levanta. Me besa y siento sus poderosas manos por todo mi<br />

cuerpo. Me deleito. Me tumba en la cama y me siento pequeña. Pequeñita. Eric<br />

Zimmerman me mira altivo y un gemido sale de mi interior en el momento en que él me

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!