10.11.2014 Views

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

Pideme-Lo-Que-Quieras

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Por supuesto, y espero que lo hagas. Pero yo no te he dado opción.<br />

—¿Ah, no?<br />

—No, Jud. Simplemente me gustaste y fui a por ti. Algo que hago siempre que<br />

alguien me atrae.<br />

Aquella respuesta me toca la fibra sensible.<br />

—¡Gilipollas! —le grito, enfurecida—. En este momento te estás comportando<br />

como un auténtico gilipollas.<br />

No se mueve. No contesta.<br />

Eric se limita a mirarme y a aceptar mis insultos.<br />

—Jud… insúltame si quieres, pero sabes que es la verdad. Fui yo quien desde el<br />

primer día que te vi provoqué todo lo ocurrido. En el archivo. En el restaurante donde te<br />

llevé. En la habitación de mi hotel cuando miré cómo otra mujer te poseía. En el bar de<br />

intercambio de Barcelona. Tú nunca hubieras hecho nada de eso. Pero yo te he llevado a mi<br />

terreno. Acéptalo, pequeña.<br />

—Pero, Eric…<br />

—Hace un rato que me has dicho que no quieres entrar en mis juegos, ¿lo has<br />

olvidado?<br />

Tiene razón… vuelve a tener razón.<br />

—Me gusta todo lo que hago contigo —respondo, perdiendo toda la razón que él<br />

dice que tengo—. Tu juego me atrae y…<br />

—<strong>Lo</strong> sé, pequeña, lo sé —dice mientras me toca la pierna—. Pero eso no quita que<br />

yo piense que no soy el hombre que te mereces y que quizá otro te haga más feliz. —Está<br />

claro en quién está pensando, pero esta vez no dice su nombre—. Mira, Jud, me gusta el<br />

sexo, el morbo y adoro ver disfrutar a una mujer. En este momento, esa mujer eres tú, pero<br />

hay algo en mí que me dice que pare, que tú no deberías entrar en mi juego o…<br />

—No soy la santa que tú crees. He tenido varias relaciones y…<br />

Eso lo hace sonreír y me interrumpe:<br />

—Jud… créeme que para mí eres una santa. <strong>Lo</strong> que tú has hecho con tus anteriores<br />

relaciones, nada tiene que ver con lo que yo quiero que hagas conmigo.<br />

El estómago se me contrae.<br />

Pensar en lo que él quiere hacer conmigo me reseca el paladar.<br />

—¿Qué quieres hacer conmigo?<br />

—De todo, Jud, contigo quiero hacer de todo.<br />

—¿Hablamos sólo de sexo?<br />

Esa pregunta lo pilla por sorpresa.<br />

Sus ojos no me engañan. Sé que hay algo que se guarda para él y necesito saber qué<br />

es.<br />

—No. Y ése es el problema. No debo permitir que te encariñes conmigo.<br />

—Pero ¿por qué?<br />

No responde.<br />

Se limita a acercar su frente a la mía y a cerrar los ojos. No quiere mirarme. No<br />

quiere responder. Sé que le pasa como a mí. Siente algo más, pero no quiere aceptarlo.<br />

¿Qué ocurre? ¿Qué le pasa?<br />

Así permanecemos durante unos minutos, hasta que yo acerco mi boca a la suya y<br />

susurro:<br />

—Te deseo.<br />

Eric sigue con los ojos cerrados. De pronto, parece muy cansado. No entiendo qué

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!