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Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

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niñas la figura de la madre en una buena y pura que alimenta<br />

y protege y otra celada, odiada, y mala por eso, que abandona<br />

para gozar con el padre. La maldad misma de esta imagen<br />

impide a menudo la identificación con ella.<br />

Encontramos este mismo rechazo de la madre sexual<br />

entre los Arapesh, tribu ejemplar por sus sentimientos maternales,<br />

compartidos, además, por ambos sexos. Desde el parto<br />

los padres deben abstenerse de relaciones sexuales, hasta<br />

que la criatura sea capaz de dar sus primeros pasos. Eso<br />

significa en ese ambiente primitivo que la criatura empieza a<br />

independizarse de la madre. Dicen que si no se observa estrictamente<br />

esta regla de abstinencia, se causa un grave mal<br />

a la criatura. Es decir, ellos se identifican con el niño pequeño<br />

y perciben perfectamente que éste, mientras dependa de sus<br />

padres, siente odio y rabia impotente frente a su unión sexual,<br />

y la percibe como un rechazo de él y como una frustración.<br />

Entre los Mundugumor y los indígenas de las Marquesas<br />

la situación es la opuesta. No se observa ninguna abstinencia<br />

después del parto y las madres reducen la lactancia a un mínimo<br />

para no verse restringidas en su libertad sexual. Son<br />

malas madres, pero amantes exigentes.<br />

La niña Arapesh es muy gratificada por su madre. Ésta<br />

la acostumbra a jugar con sus pechos mientras la alimenta.<br />

La acaricia, le da golpecitos cariñosos en los genitales. Pasan<br />

a veces horas enteras así, jugando y lactando. La figura del<br />

padre, en su actitud cariñosa, se confunde con la de la madre.<br />

Es como ésta, pero tiene una gran desventaja para la<br />

mentalidad infantil: le faltan senos. Más tarde la niña no puede<br />

gozar con su compañero, porque las gratificaciones recibidas<br />

en su primera infancia, más la identificación con una madre<br />

desinteresada de lo genital, hacen que sienta placer únicamente<br />

en la maternidad.<br />

La figura del padre fue demasiado débil para romper la<br />

unión, extremadamente placentera, de madre e hija.<br />

203<br />

La niña, entre los Mundugumor, es destetada pronto. Su<br />

madre la alimenta con dureza, su padre la rechaza.<br />

Los dos la abandonan para que no estorbe en sus relaciones<br />

sexuales. La niña queda fijada a su primera infancia,<br />

por las frustraciones mismas que le trajo. Más tarde ella misma<br />

será una madre rechazante, pero apreciará la sexualidad,<br />

por causa de la cual sus padres la abandonaron. Reivindicará<br />

agresivamente frente al hombre las gratificaciones que le fueron<br />

negadas en su infancia.<br />

Entre las mujeres frígidas de nuestra sociedad podemos<br />

encontrar "mujeres Arapesh y de Mundugumor". En la actualidad,<br />

en que las mujeres, por lo general, se restringen mucho<br />

en sus funciones maternales, prevalecen en ellas las de<br />

Mundugumor, que, insatisfechas, buscan ávidamente la sexualidad.<br />

En sus análisis se ve que han sido frustradas de<br />

niñas por la madre y rechazadas por el padre y que están fijadas<br />

en su vida erótica a esta situación. En el fondo siguen<br />

siendo niñas hambrientas, aunque sean mujeres maduras<br />

que a menudo adoptan una actitud al parecer muy independiente<br />

y "viril". Otras, las mujeres de antaño, siguen el camino<br />

de las Arapesh.<br />

Subliman su erotismo en la maternidad, y son frígidas sin<br />

sufrir por ello, porque la genitalidad no les interesa. Obran así<br />

con el deseo inconsciente e infantil de negar e impedir, por<br />

identificación, la sexualidad de sus propias madres. Además,<br />

desprecian la genitalidad porque lo que ofrece les parece un<br />

placer inferior al que han recibido en su primera infancia y<br />

que están brindando a sus propios hijos. También ellas están<br />

en el fondo fijadas a la situación madre-hija. No siguen siendo<br />

niñas porque se han identificado con su ideal, la madre asexual,<br />

y porque gozan los placeres infantiles a través de la<br />

identificación con sus hijos. Finalmente, existen mujeres que<br />

por haber sido gratificadas excesivamente en su primera infancia<br />

y frustradas después, no logran la maternidad sino que<br />

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