Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
dice: /Pero ¿qué te pasa hoy?, ¿por qué estás tan ceremoniosa?<br />
¿Te habrás enamorado sin decirme nada o te habrá<br />
llegado realmente?.../ Yo le contesto: /¡Me ha llegado realmente!/<br />
Y ella me dice: /Al fin, ahora te mereces otra vez mi<br />
amistad/, y me besó en mitad de la calle. Pasan dos estudiantes<br />
y uno nos dice: /A mí también un besito/".<br />
Podemos aquí observar dos reacciones típicas a la primera<br />
menstruación: la niña se siente alegre y orgullosa por<br />
estar ahora más cerca de la madre, o de las compañeras de<br />
<strong>cl</strong>ase, o de la famosa "mejor amiga", es decir, satisface con la<br />
aparición de la menstruación tendencias homosexuales inconscientes.<br />
Pero simultáneamente surge también la esperanza<br />
de una gratificación heterosexual. Ella ahora es "una<br />
dama" que puede tener hijos. O, mientras que su mejor amiga<br />
la besa porque ella ya es mujer, pasan dos estudiantes y la<br />
galantean. Junto con su mejor amiga ha ingresado en el<br />
mundo de los adultos y está esperando el primer amor.<br />
La reacción positiva frente a la menstruación sería un indicio<br />
de normalidad de la niña y aceptación de su sexo. Sin<br />
embargo, en la literatura psicológica, psicoanalítica, pedagógica,<br />
antropológica, etcétera, se habla muy poco de una reacción<br />
positiva.<br />
Mucho más frecuentes son las descripciones del gran<br />
"trauma menstrual".<br />
¿Pero es ineludible tal trauma como destino psicobiológico<br />
de la mujer? Veamos algunos indicios que niegan la base<br />
biológica de los conflictos menstruales de la adolescente.<br />
Ya expuse los estudios de una sociedad primitiva realizados<br />
por Margaret Mead y reunidos en su libro "Adolescencia y cultura<br />
en Samoa". El fin de esos estudios era establecer, por<br />
comparación con un ambiente totalmente distinto del nuestro,<br />
si las dificultades y trastornos tan frecuentes en nuestras niñas<br />
púberes son causados por circunstancias biológicas o<br />
culturales. In<strong>cl</strong>uía por eso en su investigación la actitud de las<br />
103<br />
niñas samoanas frente a la menarquía y a la menstruación en<br />
general. Según la autora, las niñas tomaban con suma sencillez<br />
y sin asomo de vergüenza la aparición de su madurez.<br />
Además, una estadística basada en la observación minuciosa<br />
de treinta niñas adolescentes de Samoa comprobó que únicamente<br />
seis de ellas se quejaron de dolores durante el período<br />
menstrual, los que sin embargo nunca llegaron a una<br />
intensidad suficiente como para inhibir a la joven en sus juegos<br />
o tareas. En general, la gran mayoría parecía carecer<br />
completamente de conflictos frente a su sexo.<br />
Dice Margaret Mead al respecto: "Con excepción de pocos<br />
casos, la adolescencia no representa un período de crisis<br />
o tensión, sino, por el contrario, el desenvolvimiento armónico<br />
de un conjunto de intereses y actividades que maduran lentamente.<br />
El espíritu de las jóvenes no quedaba perplejo ante<br />
ningún conflicto, no era atormentado por interrogante filosófico<br />
alguno ni acosado por remotas ambiciones. Vivir como una<br />
muchacha, con muchos amantes, durante el mayor tiempo<br />
posible; casarse luego en la propia aldea, cerca de los parientes,<br />
y tener muchos hijos; tales eran las ambiciones comunes<br />
y satisfactorias".<br />
Simone de Beauvoir (l. c.) insiste mucho en la impresión<br />
humillante, vergonzosa e inferiorizante que la primera menstruación<br />
causa, por norma general, a la niña. Pero más adelante<br />
explica las reacciones distintas de la niña y del varón<br />
frente a la pubertad como consecuencia de nuestras circunstancias<br />
sociales y culturales. Dice al respecto que el varón,<br />
aun cuando viva el despertar de sus instintos y las transformaciones<br />
de su cuerpo con cierta angustia, experimenta con<br />
orgullo lo que para la niña se convierte a menudo en tragedia<br />
secreta: "El varón admira en su vello creciente promesas indefinidas;<br />
ella (la niña) se queda confusa delante del drama<br />
brutal y sin salida que marca su destino. El pene adquiere del<br />
contexto social su valor privilegiado, mientras que las circuns-<br />
104