Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
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tancias sociales transforman la menstruación en una maldición<br />
(2).<br />
Lo uno simboliza virilidad, lo otro, femineidad; como femineidad<br />
significa alteración e inferioridad, su revelación es<br />
recibida con escándalo". Y más adelante: "La menstruación<br />
inspira horror a la adolescente, por precipitarla dentro de una<br />
categoría inferior y mutilada".<br />
Por lo tanto, ya sea la antropóloga Margaret Mead, como<br />
la feminista Simone de Beauvoir ven el efecto traumático de<br />
la primera menstruación como consecuencia de circunstancias<br />
sociales desfavorables a la niña, que le obstaculizan la<br />
aceptación de su femineidad. Entre muchos pedagogos de<br />
las primeras décadas de nuestro siglo se encuentra un enfoque<br />
algo parecido, pero no derivan las dificultades de la niña<br />
de la situación general de la mujer en nuestra sociedad, sino<br />
de un aspecto parcial de su educación. Dicen que el trauma<br />
menstrual puede ser evitado mediante el es<strong>cl</strong>arecimiento sexual<br />
adecuado, y culpan especialmente a las madres de no<br />
preparar en forma debida a las niñas, antes de la menarquía,<br />
para su nueva situación de madurez.<br />
Un número íntegro de la primera revista de pedagogía<br />
psicoanalítica, "Zeitschrift für psychoanalytische P)dagogik",<br />
fue dedicado al problema de la menstruación y las reacciones<br />
que provoca en las adolescentes. Los autores son psicoanalistas<br />
de adultos, de niños, y maestros con orientación psicoanalítica.<br />
Estos últimos exponen las dificultades observadas<br />
en las niñas de grado y el efecto benéfico que tenía para<br />
ellas un es<strong>cl</strong>arecimiento adecuado que, con autorización previa<br />
de los padres, recibían por parte de los maestros. Sin embargo,<br />
sostienen que actualmente -el número mencionado de<br />
la revista data de 1913- la mayoría de las niñas tiene nociones<br />
sexuales. Mientras que algunos pedagogos todavía insisten<br />
sobre la importancia fundamental del es<strong>cl</strong>arecimiento,<br />
otros ven el problema como de orden secundario. El Dr. Hein-<br />
105<br />
rich Meng (véase Ind. Bibl.) dice al respecto: "El problema del<br />
es<strong>cl</strong>arecimiento sobre la menstruación no puede ser solucionado<br />
por la explicación, por parte del educador, de los hechos<br />
fisiológicos, psicológicos y biológicos de la madurez, dada<br />
poco tiempo antes de la menarquía. Esta explicación puede<br />
ser de cierto valor. Pero lo que realmente determina la actitud<br />
de la niña púber es el destino que sufrió su instintividad en su<br />
primera infancia. La profilaxis de los trastornos puberales<br />
consiste principalmente en la higiene psíquica adecuada del<br />
niño pequeño.<br />
El educador libre de inhibiciones y sentimiento de culpa<br />
estará capacitado para ahorrar al niño una cantidad de conflictos<br />
en su primera infancia, en la pubertad y en la pubertad,<br />
o de aliviar su solución".<br />
Melitta Schmiedeberg (véase Ind. Bibl.) admite que generalmente<br />
el es<strong>cl</strong>arecimiento, por parte de la madre o de<br />
otra persona considerada por la niña, tienen efecto benéfico.<br />
Sin embargo, tal efecto provendría únicamente en pequeña<br />
parte de la comprensión intelectual ofrecida. Más importante<br />
es que la adolescente interprete la explicación como autorización<br />
de su madre de ocuparse de lo sexual. Además, la valora<br />
como prueba de confianza y de amor. Por razones que veremos<br />
más adelante, la primera menstruación despierta a<br />
menudo en la niña un temor frente a su madre, que puede ser<br />
contrarrestado por la actitud amistosa y comprensiva de ésta.<br />
Por otra parte, donde las angustias infantiles son demasiado<br />
grandes el es<strong>cl</strong>arecimiento es rechazado. La autora relata el<br />
caso de una niña neurótica que reaccionó al es<strong>cl</strong>arecimiento<br />
primeramente con un incremento de su angustia y después<br />
con la represión de los conocimientos adquiridos contra su<br />
propia voluntad.<br />
En estos casos la raíz del problema reside efectivamente,<br />
como sostiene Meng, en la primera infancia y es consecuencia<br />
del vínculo con una madre neurótica. Una madre que<br />
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