Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
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los y su odio hacia el recién llegado (4). Se hace susceptible y<br />
se siente postergada y tratada como "Cenicienta".<br />
Expuse cómo en el plano oral la sirvienta de nuestro mito<br />
representa a la madre mala, sobre la cual el niño proyecta<br />
sus propios deseos caníbales.<br />
En el plano edípico el papel de la sirvienta es distinto:<br />
representa a la niña resentida y enamorada de su padre. La<br />
situación de rivalidad con la madre queda expresada con más<br />
<strong>cl</strong>aridad en aquella versión del mito en la cual la sirvienta se<br />
pone el vestido de novia de la señora, es decir, se sitúa directamente<br />
en el lugar de la joven madre, al lado del padre. La<br />
niña está celosa de la vida sexual de sus padres. En el mito la<br />
desgracia ocurre cuando los patrones dejan a la sirvienta en<br />
casa y salen juntos de noche. Además, la sirvienta entró en la<br />
casa antes del nacimiento de la criatura, es decir, de hija única<br />
se convertía en hermana mayor, viéndose desplazada por<br />
el nacimiento del hermano. Hace una regresión al plano oral y<br />
se venga, matando al lactante y preparándolo como comida.<br />
Su venganza consiste en que él, en lugar de seguir comiendo<br />
de su madre con la autorización del padre, sirva de comida a<br />
los dos. Por eso debe ser castigada. En el mito, en una versión<br />
el padre mata a la sirvienta a palos, según otra, a balazos.<br />
Los dos castigos representan, en un plano regresivo masoquístico,<br />
el coito de ella con el padre. Lo reprimido, la satisfacción<br />
sexual prohibida y negada, irrumpe otra vez en la<br />
conciencia, aunque en forma disfrazada y dolorosa. Pero por<br />
poco tiempo, pues el padre desaparece o se suicida y la madre<br />
enmudece, lo que simboliza también la muerte. Esto es,<br />
que la niña-sirvienta sufre el castigo más grave que un niño<br />
pueda imaginarse: por su crimen de celos es abandonada por<br />
ambos padres.<br />
Marie Bonaparte encontró que los mitos modernos analizados<br />
por ella eran la reacción a una situación actual angustiante,<br />
la segunda guerra mundial, correspondiendo así a una<br />
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constelación psicológica común a mucha gente. No sé hasta<br />
dónde la génesis del mito que examinamos pueda referirse a<br />
situaciones actuales, como las puntualizadas por esa autora;<br />
por otra parte, no ha sido mi propósito su investigación. Quise<br />
analizar el contenido inconsciente y eterno de nuestro mito<br />
para comprobar que corresponde a una situación psicológica<br />
común a todos nosotros y que logra plena credulidad en el<br />
público porque éste, a través de las distintas identificaciones<br />
con los diversos protagonistas, logra captar esa constelación<br />
y su veracidad psicológica.<br />
Hasta ahí la interpretación de nuestro mito. Descubrimos<br />
así que la culpable del crimen es la niña, que odia a su madre,<br />
la teme por esta causa y lleva reprimida dentro de sí<br />
misma su imagen horrorosa. Empleo la palabra "culpable".<br />
Sin embargo, ¿tengo el derecho de usarla? ¿Es su maldad la<br />
que lleva a la criatura a odiar a su madre y querer destruirla, o<br />
son las frustraciones que ésta le impone? Entre los psicoanalistas<br />
existen distintas opiniones al respecto. Hay quien sostiene,<br />
apoyándose en la teoría de Freud sobre el instinto de<br />
muerte, que la criatura ya nace con capacidad de amar, odiar<br />
y envidiar y que ve al mundo ya su madre mala conforme a<br />
sus propios impulsos. Hay otros que ven en el odio de la criatura<br />
la reacción a la actitud hostil de la madre y a las frustraciones<br />
que impone a su hijo. Sin embargo, tanto los partidarios<br />
de un concepto como los del otro interpretan la conducta<br />
del niño como resultante de su constitución, más las experiencias<br />
reales hechas por él en su infancia. Pero, según su<br />
"Weltanschauung", cada cual hace más hincapié en uno u<br />
otro de estos dos factores.<br />
No discriminaré aquí entre ambos conceptos. Clínicamente<br />
veremos más adelante que desde su punto de vista<br />
subjetivo siempre uno se siente primeramente víctima y sólo<br />
después victimario. Pero también que, en la medida que progresa<br />
el análisis, uno llega a aceptar su responsabilidad por<br />
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