Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
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feminidad, encontramos, casi como denominador común, determinados<br />
factores y determinada constelación familiar, influencia<br />
perniciosa, especialmente durante la primera infancia<br />
de los pacientes. Fue el gran mérito de Freud habernos<br />
hecho conocer la importancia casi decisiva, para el desarrollo<br />
posterior, de los primeros años de la vida, y fue mérito de Melanie<br />
Klein in<strong>cl</strong>uir aun el primer año en el campo de investigaciones,<br />
al mostrar la complejidad de los procesos tempranos<br />
y su persistencia en la evolución posterior. Esta tesis de la<br />
importancia fundamental de la primera infancia para la evolución<br />
posterior, dio lugar a investigaciones en los más diversos<br />
terrenos, con distintos métodos, hasta tornarse indiscutible. Si<br />
queremos educar hijas sanas y contentas de su sexo, debemos<br />
asegurarles, en todo lo posible, un comienzo de vida, es<br />
decir, una lactancia feliz. Si la madre no puede dar todo el calor,<br />
cariño y toda la leche necesaria a su pequeña hija -<br />
aunque sea con mamadera- adaptándose a su ritmo y a sus<br />
necesidades particulares, ésta sufrirá más tarde las consecuencias<br />
psicológicas que estas frustraciones tempranas<br />
desencadenan en ella. Al mamar, el lactante espera la satisfacción<br />
de una necesidad vital, en plena dependencia de su<br />
madre. Si la niña hambrienta recibe la leche deseada y necesaria,<br />
sin tener que esperar mucho ni forzar a su madre con<br />
sus gritos de rabia impotente a que le dé lo que pide, si puede<br />
tomarla apoyada contra un cuerpo cálido, sostenida con cariñosa<br />
firmeza por sus brazos seguros, habrá hecho un aprendizaje<br />
muy importante para su vida futura, que quedará fijado<br />
en su inconsciente. Esta experiencia le servirá de modelo para<br />
sus vínculos personales y con el mundo. Teñirá su amor<br />
por el padre, y más adelante le permitirá entregarse confiadamente<br />
a su compañero sexual para repetir en un nivel más<br />
evolucionado las experiencias felices de su primera infancia.<br />
Por otra parte, habrá aprendido también, por propia experiencia,<br />
el valor de una actividad adecuada, desarrollada<br />
por su madre para satisfacerla.<br />
377<br />
Cuando más tarde a ella se le exija actividad, sabrá cómo<br />
desempeñarse, identificándose con una madre buena y<br />
activa.<br />
Somos mortales. Llevamos desde el principio, junto con<br />
el instinto de vida y la necesidad de amar, el instinto de muerte<br />
dentro de nosotros, que se expresa por odio y envidia.<br />
Por eso también la madre mejor dispuesta no puede<br />
ahorrar a su hijo cierta medida de frustraciones. Pero el niño<br />
logrará sobreponerse a sus efectos si están contrarrestados<br />
por muchas experiencias felices. Podría decírseme que abogo<br />
por que la madre tenga su trabajo profesional y a la vez<br />
atienda a su bebé exageradamente.<br />
Insistí precisamente en la importancia de la primera época<br />
de la vida infantil, porque este aspecto hasta ahora no ha<br />
sido bastante comprendido por la mayoría de las madres.<br />
Sienten que el niño mayor necesita mucho de ellas -mientras<br />
a menudo sería provechosa para él una mayor independencia-,<br />
pero creen que el lactante no necesita más atención que<br />
pañales limpios y una mamadera, preparada según la fórmula<br />
pediátrica más moderna, cada cuatro horas. Si pide algo en el<br />
intervalo entre dos mamadas, argumentan que no hay que<br />
prestarle atención, pues de lo contrario podría acostumbrarse<br />
mal.<br />
No se dan cuenta de que necesita algo más que llenar<br />
su estómago, ni de que por la falta de experiencia del niño<br />
acerca de lo pasajero del hambre, del dolor o del tiempo, la<br />
media ahora que esté llorando se le convierte en una eternidad.<br />
Pero al lado de su madre, la niña (como el niño también,<br />
desde luego) precisa muy pronto que su madre entre en acción<br />
y se preocupe por ella. Esto le permitirá distribuir sus<br />
afectos y salir, poco a poco, de su dependencia primitiva y total<br />
de la madre.<br />
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